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¿Son reales las listas de los mejores libros del año?

¿Son reales las listas de los mejores libros del año?

Inés Martínez GarcíaHoy Inés Martínez García escribe sobre las listas de fin de año, la más famosa de todas, aquella que habla de «los mejores libros 2021» (o del año que corresponda siempre) en los grandes medios de comunicación —y a veces en los medianos, también—. Para completar un poco este punto de vista ha contactado con dos librerías y una editorial, sin conocer previamente lo que pensaban, aunque han terminado reforzando la opinión inicial de la periodista…


Estos días, redes sociales como Twitter están plagadas de agradecimientos a los medios de comunicación tradicionales y a otros más indies que en sus páginas webs están publicando la lista de los mejores libros del 2021. Esto siempre me ha causado mucho interés a nivel personal, como escritora, editora y periodista (¡vaya combo de personalidades y dualidades!) y es que me pregunto si estamos frente a un sistema justo de elección.

En este país se publican más de 87.000 libros y cada día se inicia un nuevo proyecto literario que termina convirtiéndose en una revista o en una editorial. Lo cual suma más y más contenidos a ofrecer a una cantidad de lectores mucho más reducida. Esto es fácil, se estudió en economía, aunque yo me lo salté porque me dediqué al griego y al latín: oferta y demanda. En España hay más oferta que demanda. Las personas que leen libros, que consumen libros (y hablamos de un consumo activo y no pasivo), no son las suficientes como para alcanzar todas las propuestas que hay en el mercado editorial hoy en día. Y esto no solo lo opino yo, sino que el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros publicó su estudio habitual el pasado 2020 indicando lo siguiente: «68,8 % de la población española lee libros (0,3% puntos más que en el año anterior). El número de lectores frecuentes se calcula sumando quienes leen en tiempo libre y quienes lo hacen por motivos de trabajo o estudios. Los primeros suben en el año de la pandemia, sobre todo por el confinamiento, pero los segundos caen significativamente del 27,5% al 23,1%, de ahí que el aumento final no sea destacable».

Es una realidad muy palpable que los medios de comunicación van a toda prisa y muchas veces prefieren destacar los libros que han recibido en prensa que hacer un sondeo de las cientos y cientos de editoriales, tanto más independientes como menos independientes, que tenemos en este país. Ojo, me estoy centrando en libros que no han sido traducidos, porque si nos vamos a libros procedentes de otros países que han tenido que pasar por una traducción, ya nos alejamos mucho más del sistema de justicia que habría que tener a la hora de hacer las listas. ¿Y qué sistema es este? o, más bien, ¿qué es lo que me gustaría leer o lo que me gustaría proponer? Listas diversas, alternativas. Sondeos bien hechos. Listas que engloben literatura infantil y juvenil por un lado, listas que hablen de ensayo por otro, de poesía y teatro (¡los géneros más denostados y olvidados siempre!), y luego la ficción, es decir: la novela. El género que por antonomasia vemos en la mayor parte de las listas de «mejores libros».

Han querido participar en esta opinión la Librería Fahrenheit 451, la editorial La Navaja Suiza y la librería El Agente Secreto Libros. 

«Solo tendremos una mayor visibilidad cuando cambie de verdad la manera de entender el periodismo cultural en esos medios». (Editorial La Navaja Suiza)

Librería Fahrenheit 451 (Barcelona)

Sergio Lledó: «el problema de las listas de los grandes medios es que los libros que aparecen en ellas suelen ser los que tienen más distribución o han tenido mayor repercusión mediática. Por ello suelen representar principalmente a los libros de los grandes grupos editoriales, que por otra parte en ocasiones también tienen intereses o accionariado en dichos medios. Se incluyen como editoriales independientes a grupos medianos por el hecho de ser una empresa única (como en el caso de Anagrama) y con ello se cumple la cuota independiente.

Estas listas a veces se encargan a diferentes librerías y entre ellas, a algunas más pequeñas que cuidan mucho su catálogo, y en esos casos las listas son más variopintas y con mayor representación de editoriales independientes. No obstante, aquí también los títulos suelen ser los más mediáticos, ya que la lista final se basa en el mayor número de coincidencias y los títulos más repetidos por los libreros suelen ser los que tienen gran difusión. Pongamos que a mí la novela que más me ha gustado es Hay recuerdos que querrán abandonarme, de la pequeña editorial Hurtado & Ortega. Pues aunque para mí sea la más destacada, no saldrá en la lista del medio que me pregunte, porque seguramente de entre los pocos que la hayan leído no coincidirá como la mejor para ellos. Y si hablamos de una editorial que se autodistribuye o lo hace con una distribuidora sin agente comercial, el caso es mucho más flagrante.

Por otro lado están las contribuciones «pagadas» a los bookfluencers, que harán sus listas en función de los libros gratis que les lleguen, tal vez favoreciendo a aquellas editoriales de las que quieren leer más libros».

¿Estamos frente a un sistema justo y sincero?

Sergio nos comenta que «las listas están al servicio de las ventas, y los criterios son esos, buscar más ventas». Mucha gente va a las librerías buscando esos libros que salen como los mejores sin pensar que se basan en criterios personales y subjetivos que van más allá de la calidad de la propia obra y sin saber que un librero bien informado puede recomendarle un libro más adecuado en función de sus gustos, del momento en que se encuentre o de las cosas que haya leído últimamente.

En cuanto a cuál es la finalidad de ensalzar obras que ya han tenido un reconocimiento o sean superventas creo que responde por lo general a la falta de conocimiento respecto a libros con menos repercusión y a la falta de tiempo de los reseñistas por explorarlos (se suele reseñar la obra que llega al correo y muchas editoriales no pueden permitirse enviar libros a todos los medios), así como a los intereses que hemos apuntado antes.

Editorial La Navaja Suiza (Madrid)

«No nos sorprenden las listas de los supuestos mejores libros del año publicadas en los grandes medios porque es la repetición de un mismo fenómeno. Estas listas, creemos, en muchas ocasiones están ya casi redactadas antes de que algunos de los títulos ni tan quiera salgan al mercado. Hay una serie de compromisos entre editoriales de los grandes grupos y de los medios «más importantes» que cada vez están menos ocultos para los lectores. Por eso creemos que el impacto de estas listas ya no es tan grande, y hasta las propios medios deben defenderse días después de las críticas a sus elecciones. Desde La Navaja Suiza, valoramos sobre todo las listas elaboradas por las librerías independientes, que son quienes de verdad conocen lo que se ha publicado cada año, y por otros medios más pequeños y menos poderosos. Estos son los que de verdad hacen el trabajo de «buceo» entre las novedades, y defienden su criterio lector. Creo que, en los grandes medios, más que en el copy-paste de los dosieres, se fijan en quién publica los libros, editoriales y autores, y las pequeñas editoriales, salvo excepciones, no interesan aunque se hagan muchos esfuerzos. Solo tendremos una mayor visibilidad cuando cambie de verdad la manera de entender el periodismo cultural en esos medios».

El Agente Secreto Libros (Úbeda, Jaén)

Según Jose Torres, «para empezar, el solo concepto de «mejores libros del año» no es real. Para eso habría que haberlos leído todos y no es posible. También es habitual que libros de editoriales independientes no aparezcan en esas listas, porque no llegan a los grandes medios.

Por otra parte hay vacas sagradas (todos sabemos quiénes son), que si ese año publican libros van a estar en esa lista sí o sí».

¿Estamos frente a un sistema justo y sincero?

José, lo tiene claro: no, no es justo. Una idea sería crear una lista alternativa, pero no de mejores libros sino de libros favoritos, impulsada por librerías independientes. Por último, se ensalzan a los superventas porque publican en sellos que son propiedad de grandes grupos, grupos que poseen medios de comunicación que a su vez son los que ensalzan esta clase de libros. Cero sorpresas en esto.

A modo de conclusión, que hoy es Nochebuena y lo que aquí expongo no es una crítica enojada sobre los supuestos mejores libros del año, sino una realidad cada vez más en alta voce, muy lejos de los rumores en sotto voce que antaño comentábamos en el sector, a veces incluso escandalizados. Ojalá, como sugiere la editorial La Navaja Suiza, el periodismo cultural sea cada vez más valiente y recupere algo que nos recordamos tanto sobre todo en estas fechas: la curiosidad y la ilusión por descubrir los buenos libros de verdad, los que nos responden a las preguntas cuya respuesta buscamos en la literatura: por qué amamos, por qué tememos y un atisbo de quiénes somos. No nos perdamos.

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