
Piedra papel: tijera

La piedra aplasta la tijera, la tijera corta el papel, el papel envuelve a la piedra… Pero, ¿quién ganaría este último duelo si el papel es papel de piedra? En un momento en el que parece que la modernidad en la edición es abrir nuevos caminos a través del audio y del libro digital, el libro en papel —pese a algunos agoreros— se mantiene como el formato preferido de los lectores. Pero, ¿el libro en papel no puede reinventarse o modernizarse? Papel piedra | © EmanaGreen La situación actual, en la que la lucha medioambiental ocupa un lugar destacado en la agenda de los estados, nos obliga, de una manera u otra, a dirigir la mirada al rol que juega el libro en papel en nuestras sociedades y, sobre todo, a pensar en algunas alternativas ecológicas. No obstante, por muy concienciados que estemos con el medioambiente, seguimos queriendo pasar hojas con las manos sin necesidad de botones ni pantallas táctiles. ¿Será posible producir papel sin talar árboles? La respuesta es sí, y la alternativa es el papel de piedra. El papel de piedra es la marca registrada en España para denominar al papel mineral. Un material que podría revolucionar la industria papelera e irrumpir con fuerza en la industria editorial ya que no es necesario talar árboles ni usar agua o cloro en su producción. Además, durante su producción se emite la mitad de dióxido de carbono y se consume la mitad de energía que en la fabricación del papel vegetal. 1 Tonelada de papel Árboles necesarios Residuos generados Agua utilizada Cloro utilizado Energía consumida (BTU) 100% pulpa de papel virgen 20 0 31 toneladas Sí 36.000 BTU 100% pulpa de papel reciclado 4 2 toneladas 17 toneladas Sí 22.000 BTU Papel de Piedra 0 0 0 No 18.000 BTU Con estos datos, podríamos entender que la piedra se presenta como una gran alternativa al papel vegetal; pero ¿de dónde sale este papel de piedra? Y lo que es aún más importante, ¿en qué se diferencia del tradicional papel vegetal? ¿Qué es el papel de piedra? El papel de piedra se produce mezclando carbonato cálcico (CaCo3), molido en un polvo muy fino con polietileno de alta densidad (HDPE). El carbonato cálcico se extrae de la caliza, una de las rocas más extendidas en el planeta y una de las más utilizadas por el ser humano a lo largo de la historia. El proceso de creación del papel de piedra fue desarrollado, y patentado, por Lung Meng Tech, de Taiwan y ya se distribuye en más de 40 países diferentes bajo diferentes marcas. En España la encargada de su distribución es la empresa EmanaGreen. El carbonato cálcico, no obstante, se suele encontrar en gran parte de los papeles que utilizamos normalmente a modo de carga, es decir, como producto en polvo para dar consistencia al papel, mejorar las condiciones para la impresión, y reducir su transparencia. Lo que se ha conseguido con el papel de piedra es aumentar la carga de carbonato cálcico hasta el 80% y, sobre todo, eliminar del proceso de fabricación el agua, el cloro y el uso de árboles. Además, el 80% del carbonato cálcico empleado en el papel mineral se obtiene de restos desechados de canteras, lo que reduce mucho el impacto de la producción. El tacto del papel de piedra es similar al papel vegetal, pero además resulta más resistente por lo que no se rompe con facilidad. Ventajas del papel de piedra frente al papel vegetal Además del cuidado del planeta, el papel de piedra, por su elaboración ofrece una serie de ventajas que son especialmente aprovechables en el mercado editorial. El es hidrófugo —impermeable— puede sumergirse en agua sin sufrir ningún efecto en su consistencia ni en su impresión. Por ello, el papel de piedra se convierte en un producto a tener en cuenta a la hora de producir libros infantiles. Todos los que tenemos niños somos conscientes de la corta vida del libro infantil, especialmente de los libros de primera infancia. Más allá de las hojas arrancadas es habitual que sobre ellos se derramen líquidos o, incluso, que acaben en la bañera o el inodoro. Con el papel de piedra estos libros permanecen intactos. Además se puede reducir no solo la tala de árboles, sino también el uso de plásticos en esos libros impermeables para llevar a la bañera o la piscina. Pero sobre todo, puede servir para diferenciarse de otras editoriales: los libros de cocina suelen estar expuestos a líquidos, grasas y, por supuesto, anotaciones. Las recetas de Simone Ortega o Mikel López Iturriaga se encuentran en mi cocina entre tarros con especias, aceiteras, y demás enseres de cocina, expectantes a que la tragedia ocurra. Derivado de la resistencia y la impermeabilidad el papel de piedra es lavable. Hoy, que se ponen en marcha programas de préstamo de libros escolares, esta ventaja puede resultar clave. Los buenos estudiantes usan los libros: los subrayan, añaden comentarios… Los malos estudiantes machacan los libros pintarrajeándolos Con el papel de piedra todos esos añadidos se borran sin problema antes de pasar a disposición del siguiente estudiante. El papel de piedra, además, se conserva mejor que el papel vegetal. Al no tener celulosa sufre menos las agresiones de insectos y hongos; y depende menos de otros factores ambientales como la humedad o la temperatura. Sin embargo, hay que tener cuidado con la luz solar, este papel tiene un degradado rápido ante la luz del sol. Por último, el papel de piedra es infinitamente reutilizable, basta con tirarlo en el contenedor amarillo y 100% recuperable, en la propia fábrica se puede recuperar el papel utilizado para crear nuevo papel de piedra. Implantación Los libros de Cuentos de luz están impresos en papel de piedra | © Cuentos de luz El papel de piedra va ganando adeptos poco a poco. Editoriales como la española Cuento de Luz utilizan en la impresión de sus libros este papel, por su compromiso medioambiental. No obstante, aún resulta algo más caro que el papel vegetal, lo que hace que su implantación vaya más lenta en la industria editorial. Por ahora, el uso de este papel es anecdótico. A medida que más editoriales vayan implantando el papel de piedra en su cadena de producción, su precio irá disminuyendo, no solo debido a la demanda, también a la normalización de sus ciclos de reciclaje. El papel de piedra lleva ya bastante tiempo entre nosotros. Quizá su implantación vaya lenta, pero lo que es seguro es que ha venido para quedarse. En la era del audiolibro y Greta Thurnberg no tiene sentido girar la cara ante una alternativa a la tala indiscriminada de árboles sin dejar de disfrutar del placer de pasar páginas.