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Para evitar una guerra con Irán, mande poetas

Para evitar una guerra con Irán, mande poetas

¿Quieres romper el ciclo de violencia en Oriente Medio e Irán? Envía poetas. ¿Crees que eso suena absurdo? De hecho, esto ya se ha intentado antes: en 2002, después del 11 de septiembre y antes de la invasión estadounidense de Irak, el Departamento de Estado envió Writers on America ─una antología que promueve los valores estadounidenses y a los Estados Unidos a través de 15 escritores, incluyendo al premiado poeta Billy Collins─ a las naciones de habla árabe. Los cínicos pensaron que la encantadora ofensiva nunca funcionaría, pero cualquiera que haya trabajado, visitado o investigado en Oriente Medio sabe que hay una verdadera devoción por la poesía.

¿Hasta qué punto? Bueno, uno de los programas de televisión más populares en Oriente Medio se llama Poetas de los Millones. Lanzado en 2006, es un concurso tipo reality show siguiendo el modelo de American Idol, en el se presenta a poetas de todo el Golfo recitando poesía Nabati ─una forma de poesía vernácula beduina del siglo cinco─ y compitiendo por alrededor de 3,5 millones de dólares (3,15 millones de euros), en premios en efectivo cada año. El programa, que se filma en Abu Dhabi, Emiratos Árabes Unidos, ha atraído a cientos de millones de espectadores y ha generado su propio canal por satélite para mostrar las repeticiones y también su propia revista literaria. Vi una grabación del programa. Es tan exagerado que hace que Bailando con las Estrellas parezca algo producido por un YouTuber en un sótano.

Así que mi consejo al Presidente Trump es que evite una posible guerra con Irán. Envía a Rupi Kaur. Después de todo, Irán es el lugar de nacimiento de muchos poetas excelentes: Ferdowsi, quizás el mayor poeta épico del mundo; Obeyd Zakani, quizás el mayor poeta satírico del mundo; también Rumi y Hafiz, los mayores poetas de amor del mundo. Hoy en día, Rupi Kaur es la mejor «Instapoeta» del mundo (si no sabes quién es o qué significa, pregúntale a tu hija de 15 años).

Creo que la gente culturalmente conectada de Irán conoce muy bien a Kaur, cuyo libro Leche y Miel fue el libro más vendido en inglés en el mundo durante dos años consecutivos (hasta que fue superado por el libro Becoming de Michelle Obama en 2018).

Pero, ¿leen libros en inglés en Irán? Me imagino que sí. También sé que traducen un gran número de libros del inglés al persa. Una de las peculiaridades de Irán es que el país nunca ha firmado tratados internacionales de derechos de autor, por lo que los editores del país ─ o cualquier persona con acceso a Google Translate (a través de una VPN) ─ pueden publicar una traducción. Hay numerosas ediciones de la mayoría de los bestsellers internacionales, como las novelas de Harry Potter, además de los clásicos. La obra de Ernest Hemingway El viejo y el mar ha sido traducida al persa más de 20 veces.

Entonces, ¿dónde compra la gente estos libros? Pues bien, la mayor librería del mundo, que tiene más de 20 kilómetros de estanterías ─dicen que tiene unos 400.000 libros disponibles sólo para niños─ está en Teherán. Sus metros cuadrados equivalen a siete Walmarts de tamaño mediano. ¿No me crees? Está ahí mismo en el Libro Guinness de los Récords. La librería se llama Bagh-e-Ketab (Jardín del Libro, en traducción libre) y está clasificada con cuatro estrellas y media en TripAdvisor, donde figura como la 33ª mejor cosa que los tiuristas puede visitaar en Teherán.

Echa un vistazo a la librería y encontrarás algunas sorpresas escondidas entre los libros, o mejor dicho, literalmente dentro de los libros. Aunque todos los libros en Irán están sujetos a la censura del Estado, los editores ─particularmente de libros traducidos─ pueden ocasionalmente poner algunas ideas y nociones rebeldes. Sabemos que una editorial que conozco en Teherán incluye copias de la Constitución de los Estados Unidos en novelas completamente olvidables. Otros han impreso la Declaración de Independencia de Estados Unidos en los textos de los libros, en forma de discurso pronunciado por un personaje.

Eludir la censura se ha convertido en el juego del gato y el ratón para los editores. Algunas, como Azadeh Parsapour, publican libros, que serían censurados, en formato de libro electrónico para ayudar a u divulgación. Ella comenzó su negocio editorial en 2012 en Irán, pero pronto se exilió y ahora dirige su negocio, Nogaam Publishing, desde Londres; en 2018, la Asociación de Editores Americanos la honró con su premio internacional Freedom to Publish. Por cierto, Azadeh significa «humano libre».

Hablando de traducciones, hay numerosos libros escritos originalmente en persa sobre el Irán contemporáneo o no tan lejano que son lecturas maravillosas. Un clásico es Mi tío Napoleón, de Iraj Pezeshkzad, una novela publicada en 1973 que es un cuento picaresco y políticamente incorrecto sobre un jardín compartido y una familia que pasa el mayor tiempo posible peleando y «yendo a San Francisco» (un eufemismo para tener sexo). No es en absoluto sorprendente que se haya convertido en el programa de televisión más popular de todos los tiempos en Irán. Tampoco es una sorpresa que se haya prohibido. Para los jóvenes adultos, hay dos grandes novelas gráficas: Persépolis, de Marjane Satrapi, sobre una niña que creció tras el derrocamiento del Sha, y El paraíso de Zahra, de Amir y Khalil, que se desarrolla tras las elecciones de 2009 que provocaron protestas y varias muertes. Para los aficionados al misterio, sugiero Teherán noir una antología de historias de crímenes ambientados en la ciudad, editada por el Salar Abdoh.

En Estados Unidos, hay varios escritores e intelectuales iraníes en el punto de mira. La más famosa es Azar Nafisi, cuyo libro Reading Lolita in Tehran cuenta cómo Nafisi tras ser despedida de su trabajo como profesora de inglés en la Universidad de Teherá, por negarse a llevar velo, da una clase clandestina de literatura a siete mujeres iraníes. Juntos leen literatura estadounidense prohibida, como Lolita de Vladimir Nabokov o El gran Gatsby de F. Scott Fitzgerald, para mantener sus sueños de libertad en medio de una severa represión

A nivel local, tenemos la suerte de contar con Farnoosh Moshiri como miembro de nuestra comunidad literaria. Estudió y enseñó en la Universidad de Houston, compuso para la Gran Ópera de Houston, y tiene media docena de libros, incluyendo las novelas El Albañil La Torre del Tambor, ambas ambientadas durante la Revolución Iraní de 1979; y Contra la gravedad, que tiene lugar en Houston.

Otro destacado escritor irano-estadounidense es el erudito religioso Reza Aslan, que ha dedicado su carrera a analizar e interpretar los matices del Islam y el cristianismo en una serie de libros populares, entre ellos No God But God, y God: A Human History Hablando de religión, no fue la religión la que nos llevó a este punto de casi guerra; es una diferencia ideológica nacida del fundamentalismo religioso de línea dura. Pero el fundamentalismo religioso no es más que una falta de buena lectura, de compromiso con la ambigüedad fundamental de un texto particular (en este caso, el Corán) y la falta de voluntad de reconocer que cualquier texto puede ser interpretado, por lo tanto, imponer lo que ya se sabe en un texto en lugar de estar abierto al aprendizaje.

Puedes llamarme ingenuo. Recuerdo la locura contra Salman Rushdie. También sé que el conflicto suele estar vinculado al control de los recursos, no a la cultura. Pero parece que, en base a lo que describí anteriormente, todos nosotros ─de Oriente Medio, iraníes y americanos─ todavía tenemos mucho que aprender los unos de los otros. Tal vez podamos hacerlo mejor intercambiando libros en lugar de cohetes.

Así que permítanse revisar mi declaración inicial para decir esto: para evitar una guerra en el Medio Oriente e Irán, envíen poetas… y críticos literarios… y tal vez uno o dos abogados de derechos de autor. Estoy seguro de que nuestro presidente, famoso por ser un no-lector que ─irónicamente─ ha publicado 20 libros, no estaría muy triste de verlos irse.

[Articulo originalmente publicado en Houston Chronicle.]

Ed Nawotka es texano y su vida está ligada al mundo del libro como crítico y ensayista. Es, asimismo orador, educador y consultor de instituciones y empresas involucradas en la industria editorial y de contenido global. Fue redactor jefe de Publishing Perspectives desde el lanzamiento de la publicación en 2009 hasta enero de 2016 y actualmente es editor de internacional y ventas en Publishers Weekly.

 

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