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El boom de las adaptaciones en Netflix y el caso omiso a las editoriales independientes

El boom de las adaptaciones en Netflix y el caso omiso a las editoriales independientes

Inés Martínez GarcíaHoy Inés Martínez García escribe una opinión sobre los libros que se adaptan en plataformas como Netflix. Hace tiempo hablamos del club de lectura que la plataforma audiovisual iba a llevar a cabo con los libros que han decidido guionizar y producir en su plataforma. Pero ¿quién escoge las novelas que vemos en canales como Netflix, HBO u otras plataformas?


¿Quién y cómo se escogen las novelas? ¿Qué tratos hay con los autores? ¿Se mantienen los finales o hay un giro en la trama? He leído en Esquire unos comentarios de Verónica Fernández, directora de Contenidos Originales de Netflix, y Carlos Montero, showrunner, guionista y escritor, en los que el medio de comunicación ha descubierto parte de los entresijos de una relación que viene de muy lejos pero que ha cambiado radicalmente en los últimos años con el boom de las plataformas.

Desde que Netflix en concreto y todas las plataformas en general sacudieron el mercado con su nuevo modelo de negocio, el flujo se ha ensanchado de una forma completamente inédita. El número de producciones se ha disparado tanto que la necesidad de nutrirse de historias que ya vengan de casa con una solidez contrastada es más apremiante que nunca. Por supuesto, la pandemia ha hecho mucho para que esto ocurra, y también porque este tipo de plataformas cuenta con un catálogo de series y películas espectaculares, la mayor parte de ellas procedentes de libros escritos en el pasado o en el presente. Hemos visto recientemente cómo se han hecho anuncios de adaptaciones de clásicos como Pedro Páramo, de Juan Rulfo, o se han estrenado miniseries como Guía astrológica para corazones rotos (Penguin Random House), la novela de Carlos Montero El desorden que dejas (Espasa) o Valeria, de Elisabeth Benavent (Penguin Random House). 

Según cuenta Verónica a la revista, «hay un equipo en Netflix que se dedica a buscar libros semanalmente, en todo el mundo, incluso libros sin publicar porque las editoriales nos pasan las sinopsis». Estas personas son llamadas scouters (ojeadores).

Un dato curioso es que el equipo de Netflix no tiene a ningún ojeador trabajando desde España para las adaptaciones de los libros (teniendo en cuenta la cantidad de obras españolas que se adaptan), sino que todos operan desde Ámsterdam.

¿Pensarán desde el equipo de Netflix que hay editoriales independientes con catálogos pequeños que tienen un potencial inimaginable para llevar a la pequeña pantalla?

Con respecto al papel de las editoriales en todo esto, Verónica comenta que tiene «reuniones periódicas con ellas para hablar de los libros que tienen entre manos. Pero también los propios autores nos envían sus novelas. Hay un equipo de locos ejecutivos, entre los que me encuentro, que nos vamos a las librerías y leemos todo el rato en busca de esa novela que podamos adaptar. Al aumentar tantísimo la producción, la relación que ha habido siempre entre literatura y cine o series se ha multiplicado. Y de verdad que vamos a buscar las historias adonde estén».

¿Y las editoriales independientes para cuándo?

Es curioso que la mayor parte de las adaptaciones que se llevan a cabo en la plataforma digital procedan de editoriales comerciales que cuentan con grandes proveedores, agentes y un gran catálogo de contenido comercial para mostrar.

¿Pensarán desde el equipo de Netflix que hay editoriales independientes con catálogos pequeños (o enormes) que tienen un potencial inimaginable para llevar a la pequeña pantalla? Solo tenemos que poner el punto de mira en la novela de la escritora canaria Andrea Abreu, Panza de Burro, publicada en la editorial sevillana Barrett, pues ha sido traducida ya a más de nueve idiomas y se espera que el libro se adapte próximamente a la gran pantalla, gracias a la productora El Estudio.

Igual la respuesta la tenemos ya en la entrevista realizada por Esquire, pues el propio escritor Carlos Montero dice: «Sobre todo cuando hablamos de un bestseller, para la plataforma o la productora es más fácil arriesgarse porque sabes que vas a tener a muchos lectores cautivos que se convertirán en espectadores. Si se han gastado el dinero en los derechos, evidentemente van a empujar para que la peli o la serie salga adelante».

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