
Los editores madrileños hacen balance de LIBER 2019

Liber 2019 | © Asociación editores de Madrid El pasado 11 de octubre cerraba la 37ª edición de LIBER. La feria recibió a más de 11.000 visitantes y ha contado con la participación de cerca de 400 empresas de 17 países – Alemania, Argentina, Bolivia, China, Chipre, Cuba, Emiratos Árabes Unidos, España, Estados Unidos, Federación de Rusia, India, Italia, Marruecos, México, Países Bajos, República Checa y República de Corea. La Asociación de Editores de Madrid ha publicado en su página web las sensaciones de algunos de sus editores asociados a modo de balance. Uno de los puntos en los que todos han coincidido ha sido en una menor asistencia de profesionales de Latinoamérica. “Ha sido similar a otros años”, asegura Jesús Egido, director de la editorial Reino de Cordelia, “aunque se ha notado un descenso debido a la situación socioeconómica de algunos países, como Argentina o Ecuador”. Una percepción que comparte Ruth Vervuert, directora de Iberoamericana Libros: “En general, vi menos movimiento y menos profesionales de otros países que en años anteriores. Muchas librerías y distribuidoras latinoamericanas a las que contactamos antes de la feria finalmente no vinieron. Por otra parte, este hecho no ha afectado a la actividad profesional, ya que pudimos reunirnos con muchos distribuidores españoles y también con nuestros clientes extranjeros más importantes”. Precisamente, al volumen de la actividad profesional se ha referido Miguel Barrero, presidente de la Federación de Gremios de Editores de España, que ha destacado que “los datos parecen mostrar que se han superado las cifras de negocio de otras citas, lo que nos permite pensar que la actividad exportadora seguirá siendo, como lo ha sido hasta ahora, positiva”. José Manuel Bargueño, coordinador de la Comisión de Editores de Libro Religioso (CELR) de la AEM y director de Ediciones Palabra, se muestra satisfecho al respecto: “Hemos mantenido un volumen importante de citas. El viernes se ha notado especialmente esto, algo que no es habitual, incluyendo a profesionales con los que no habíamos colaborado antes. Ha habido oportunidades de negocio muy interesantes y, al bajar la asistencia de profesionales, se ha podido trabajar con más tranquilidad, algo que ayuda”. Por su parte, Genara González, Editora de Guías Prácticas de OCU, matizaba que en su caso han sido “menos citas programadas que en años anteriores, pero de mayor calidad. Las citas que hemos mantenido parece que resultarán más rentables, con opciones más reales de establecer relaciones y crear negocio”. Caso especial es la visión de dos editoriales que participaban en LIBER por primera vez. “Ha sido un nivel de actividad profesional muy bueno”, afirma Pilar Rubio, directora de la editorial La Línea del Horizonte. “Algunos de los contactos fueron originados por nosotros y otros por la propia dinámica de la feria y esto es lo verdaderamente interesante”, asegura Pilar. También para Francisco Larrad, director de Larrad Ediciones, ha sido una experiencia positiva: “Hemos tenido un volumen de citas notorio y además tuvimos tiempo de ponernos en contacto con distribuidores, librerías, agencias… etc. de otros países para llegar a un acuerdo con la exportación de libros de nuestro sello. Muchas de las citas y sus negociaciones han sido muy productivas y ya se está trabajando sobre ellas.” Los editores madrileños han coincidido en la dificultad para poder coordinar la asistencia a las Jornadas Profesionales de LIBER y desarrollar la actividad profesional al mismo tiempo. “Para los expositores es un esfuerzo añadido, sobre todo para los pequeños”, explica Ramón Alba, director de la editorial Polifemo. “Para ferias futuras habría que buscar alguna fórmula que permitiera una mayor participación y un acceso a la información de interés que se genera en las jornadas”, propone Ramón. Una opinión que comparte Genara González (OCU): “Tenía anotadas 2 o 3 que me interesaban (más de la parte “digital”) aunque finalmente, por falta de tiempo, no puede asistir a ninguna. Como crítica constructiva, sugiero ampliar las temáticas para evitar que las propuestas puedan acabar repitiéndose año tras año”. A modo de balance Ramón Alba destaca que “en los últimos años se han normalizado las tendencias positivas tras las dos experiencias nefastas de 2013 y 2014. LIBER es una feria profesional, sujeta a las limitaciones propias de este tipo de eventos. Quizás sea necesario plantear posibilidades de desarrollo y/o cambios si el modelo se agota o da señales de estancamiento. Todavía hay tiempo para ello, y para mejorar, por ejemplo, la política de país invitado”. También Ruth Vervuert (Iberoamericana Libros) lanza su propuesta: “El LIBER es una feria interesante para nosotros como punto de encuentro con nuestros clientes finales: bibliotecarios, distribuidores y librerías, además también con otras editoriales con las que pueden surgir colaboraciones. Sí me gustaría que hubiera una mayor participación de todos los agentes del sector del libro. En cualquier caso, espero que la feria se mantenga y sigan acudiendo visitantes extranjeros”. Por su parte, Genara González (Guías Prácticas, OCU) coincide en que la feria “se abra”: “Sería interesante renovar y ampliar el panel de invitados, a más países y tipos de actividades y negocios: traducciones, compra de derechos… pero, en términos generales, ha sido satisfactoria”. Una valoración que comparte José Manuel Bargueño (Ediciones Palabra) “A pesar de la tendencia a la baja de visitantes, algo que quizás haya que revisar, el balance de la feria para nosotros ha sido muy positivo”. “Como primera experiencia ha sido realmente valiosa”, asegura Francisco Larrad (Larrad Ediciones) y espero que podamos asistir a futuras ediciones para seguir creciendo como editorial”. * Información recogida de la web de la Asociación de Editores de Madrid.