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Lo esencial también se lee – Venciendo dragones

Lo esencial también se lee – Venciendo dragones

La idea de que la lectura puede ayudar a los seres humanos en tiempos de crisis es un pensamiento muy antiguo, tanto como esta afición puede ser peligrosa o amenazadora para la narrativa dominante. En México existe una osada Red de Librerías Independientes mejor conocida como RELI, que desde el inicio del aislamiento social ha trabajado intensamente en hacer llegar libros de manera segura a quienes se quedan en casa durante la contingencia. Desde las redes sociales le recuerdan a sus lectores que aunque las puertas estén cerradas, sus servicios y sueños siguen de pie. Al día de hoy, se mantienen surtiendo libros ya sea por la ventanita, por teléfono, a domicilio o para recoger en horarios especiales. No han escatimado esfuerzos para hacer llegar historias a quienes lo necesitan.

Este 5 de junio es la fecha de lanzamiento oficial de una plataforma de venta online, pero no es únicamente un canal alternativo de venta, se trata de una estrategia de apoyo que el Sótano propuso a la RELI para amortiguar el impacto de la emergencia sanitaria sobre todo a aquellas librerías que no cuentan con una plataforma individual. Se ha puesto a disposición la estructura operativa y un catálogo de cerca de 80 mil títulos para los clientes lectores, quienes podrán seleccionar a cuál de las librerías independientes que integran la RELI quieren beneficiar con su compra y lo más importante respetando los principios comerciales con los que la RELI está acostumbrada a atender a sus clientes. Con este proyecto no solo se busca apoyar la circunstancia, sino que permitirá fortalecer el convenio que el Sótano mantiene con la RELI prácticamente desde hace su nacimiento, cerca de un año y medio.

Justo en estos momentos es importante reconocer la labor de los libreros independientes como agentes culturales. Rodrigo López, considera fundamental «hacer una red de apoyo, para que en este momento, la distancia se haga más corta, acompañar a los lectores, escucharlos, reconocer sus gustos e intereses para llevarle a casa el libro indicado. Sin embargo, el compromiso de pagar una nómina de casi quinientos empleados con sucursales cerradas es complejo. Desde su fundación, Librerías el Sótano busca acercar a la gente la mayor cantidad de títulos y géneros posibles aún contra la ley del precio único, hacerlo ofreciendo los precios más bajos posibles. La lectura no debe ser un lujo, aunque en este país así lo parece. La lectura debe ser un bien esencial para la salud emocional e intelectual de todo nuestro pueblo. La fuerza de una librería está en la confianza que depositan en ella sus usuarios, los compradores de libros. Esta confianza se cultiva, se gana y si se quiere conservar es determinante en situaciones como esta».

Hay dos elementos de vital importancia en la cadena editorial que poseen las librerías casi en exclusiva: cuáles libros se venden y a quién se le venden. Aunado a los problemas financieros que pueda traer esta crisis de salud, los libreros son quienes tienen el contacto último con el lector, los que seleccionan entre la complicación de los «demasiados libros», como los llama Gabriel Zaid. Los libreros deciden conservar valiosos catálogos de antaño o depender de inventarios de temporada que atienden las inquietudes del mercado.

Las librerías no son simples establecimientos de venta de textos impresos, constituyen puntos de transmisión de información y lo más importante, contribuyen a asegurar la pluralidad y la diversidad de la oferta editorial. En México, durante este primer mes de aislamiento social resulta impresionante como se han transformado los hábitos de consumo online. Las temáticas más solicitadas en la web van desde la narrativa universal a la literatura infantil y la autoayuda. Además de un inusual y sorprendente aumento porcentual que ha manifestado la novela de terror.

Umberto Eco señala que «la historia es lodosa y viscosa. Algo que hay que recordar siempre, porque las catástrofes de mañana están madurando ya, hoy en día». Nos encontramos en un momento histórico en el que el acceso a una curaduría literaria es fundamental, en la que el librero de barrio es tan necesario como un terapeuta o cuando se nota el esfuerzo de una cadena de librerías que le apuesta a la diversidad de su catálogo.

Durante esta emergencia mundial es necesario reconocer como básica la dimensión cultural de la librería. Compartimos la inquietud de Neil Gaiman al escribir en American Gods que «una ciudad no es una ciudad sin una librería», pero lo que verdaderamente da razón de ser a esta declaración y al trabajo del librero es esta frase de G. K. Chesterton: «los cuentos de hadas superan la realidad no porque nos digan que los dragones existen, sino porque nos dicen que pueden ser vencidos».


América Gutiérrez reporta ahora desde Librerías El Sótano. Es guionista y productora que ha trabajado para Discovery Channel LA, History Channel, National Geographic, A&E, Instituto Mexicano de la Radio, Grupo Expansión, Penguin Random House, MVS Radio y Televisa. Colabora en programas itinerantes de fomento de la lectura. Siempre se pregunta ¿en qué se parece un cuervo a su escritorio? Actualmente estudia las leyes que rigen las excepciones.

Sobre el Autor

Redacción

Aunque ha crecido obsesionada con personajes como Oblomov y Bartleby, su trayectoria está llena de experiencias en el mundo de los libros y de la gestión cultural: ha sido librera durante varios años, responsable de una pequeña editorial donde ha aprendido más de lo que se podría imaginar y directora de ventas en una editorial con una importante presencia en Latinoamérica. Ahora vive en Alemania, donde se esfuerza por disminuir su montaña de lecturas pendientes.

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