
Las librerías vuelven a abrir en España

El teléfono no para de sonar en muchas librerías de España, lo cual es una buena señal, pero también tiene un nuevo significado que la compra de libros en tienda quede supeditada a una cita previa, como si de una peluquería se tratase. El sector tendrá que ir poco a poco llevándole el ritmo a esta nueva situación en la que la compra de libros irá de la mano, al menos durante un tiempo de un nuevo modelo de venta bajo demanda. En esta fase 0 de la desescalada solo tienen permitida la apertura las librerías menores de 400 metros cuadrados y solamente podrán atender al público mediante previa cita. La mayoría de las librerías que estaban recogiendo pedidos vía telefónica u online han comenzado hoy a implementar diversos sistemas de citas, bien sea mediante la web o por llamada telefónica. La Secretaría de Estado de Comercio ha elaborado el Protocolo y guía de buenas prácticas dirigidas a la actividad comercial en establecimiento físico y no sedentario, del que se pueden extraer una serie de recomendaciones para librerías: Se proporcionará a los clientes guantes desechables en la entrada del establecimiento o área siendo obligatorio su uso para la manipulación de los productos. Se limpiará frecuentemente expositores y productos expuestos. En caso de devolución de productos, se actuará como se recoge en el apartado de medidas generales de higiene y protección de los clientes. No se desinfectarán los libros. Teniendo en cuenta que los materiales que componen los libros y publicaciones en papel están compuestos por materiales variados (papel, cartón, plástico, tela, cuero, pegamento, hilo, etc.), se recomienda que en los casos de devoluciones, éstas se depositen en un lugar apartado y separadas entre sí durante 14 días, de manera que pueda garantizarse que no están infectados cuando vuelvan al canal librero. Próximamente, cuando las distintas comunidades vayan alcanzando la fase 1, las librerías adaptadas a la nueva situación con las consiguientes medidas de seguridad e higiene no precisarán de previa cita para atender a sus clientes, sin embargo verán reducido su aforo al 30%. Estas medidas nos obligan a plantearnos este escenario con incertidumbre y prudencia. Si bien es cierto que las ventas pueden remontar, el modelo de librería tendrá que reinventarse. Las acciones que incentivaban las ventas como presentaciones, charlas, talleres o firmas de libros van a verse lastradas ante esta nueva fase. Aún queda por ver cómo los empleados de las librerías comienzan a reincorporarse tras los ERTEs; cómo empiezan a llegar novedades a las estanterías de las librerías y sobre todo cómo responde el público lector una vez pasada la euforia inicial.