
Las bibliotecas canadienses en lucha con las multinacionales editoriales

Sede de la biblioteca pública de Vancouver | © Orientalgetaway / wikimedia commonsLas bibliotecas canadienses están luchando por satisfacer la demanda de ebooks y audiolibros de los lectores porque las editoriales multinacionales se niegan a poner el contenido a su disposición. La Biblioteca Pública de Vancouver (VPL, por sus siglas en inglés) dice que en la disputa por la gestión de los derechos digitales, los editores multinacionales, incluidos Hachette Book Group, HarperCollins, Macmillan, Penguin Random House y Simon & Schuster, así como Audible de Amazon están vendiendo copias individuales a precios elevados evitando que las bibliotecas canadienses compren muchos de los títulos electrónicos más vendidos. Por extraño que parezca, esto incluye las memorias del primer ministro Justin Trudeau. Las bibliotecas canadienses se están encontrando muchas barreras para acceder a los ebooks y audiolibros. Según Sharon Day, quien preside un grupo de trabajo sobre contenido electrónico para el Canadian Urban Library Council comentaba hace unas semanas a Canada News que los principales editores de libros electrónicos están cobrando precios injustos y Audible, la compañía que posee los derechos de muchos audiolibros digitales, se niega a compartirlos. «En el caso de los libros electrónicos, existen modelos de licencia de biblioteca restrictivos establecidos por los editores», dijo. Quizá la razón porque las editoriales se muestren reticentes a la hora de ofertar las novedades en formato digital puede deberse a que los editores temen que las bibliotecas que prestan copias digitales recorten las ventas de esos títulos, según expresa Kay Cahill, directora de tecnología y colecciones de la Biblioteca Pública de Vancouver, en declaraciones ofrecidas al diario digital canadiense 660 CityNews. Sin embargo, la realidad podría ser la contraria. De acuerdo con un estudio del Pew Research realizado en 2014 en los Estados Unidos, aquellos que usan las bibliotecas tienen más probabilidades de comprar libros y, de hecho, prefieren comprar en lugar de pedir prestado. Alrededor del 78 por ciento de los estadounidenses mayores de 16 años leyeron un libro el año anterior, el 54 por ciento de los lectores en papel y el 61 por ciento de los lectores de libros electrónicos dijeron que prefieren comprar sus propias copias en lugar de pedirlas prestadas. Kay Cahill quiere que los editores acudan a la mesa para crear un modelo que permita a las bibliotecas proporcionar contenido y garantizar que los editores obtengan los beneficios que desean. Cahill está alentando a cualquier persona que quiera ver más contenido digital en las bibliotecas a ponerse en contacto con las grandes editoriales a través de la nueva página web del Consejo Canadiense de Bibliotecas Urbanas dedicada al tema.