
La librería desde adentro: Pérgamo

Pablo Cerezo, librero en Pérgamo: «Aunque respetemos y admiremos el legado del Pérgamo anterior, creemos que también es importante moverse hacia nuevos escenarios.
La librería Pérgamo de Madrid anunció su cierre en diciembre de 2021. Pero justo un día antes de la clausura del negocio, como si de un milagro se tratara, apareció un empresario en el local: Pérgamo había sido un lugar de referencia para él desde su infancia y no concebía su cierre, así que comunicó a las hermanas su intención de continuar con su legado. El 19 de abril de 2022 firmaron el contrato de alquiler y hoy Pérgamo vuelve a mantener sus puertas abiertas. Hablamos con Pablo Cerezo, su nuevo librero.
¿Qué es lo primero que se te pasó por la cabeza cuando leíste que Pérgamo cerraba?
El anuncio del cierre de Pérgamo fue una tragedia. La librería era toda una institución en Madrid y su posible clausura habría sido una tristeza infinita. Es lamentable vivir en un mundo donde poco a poco se han clausurado espacios latentes para el conocimiento y la cultura.
¿Qué se siente al haber sido responsable del renacer de una librería emblemática?
Orgullo y desafío. Pero con las ganas de tratar de mantener los estantes con una cuidada selección de títulos y autores para desafiar el imperio de la pantalla y del envío por paquetería con un espacio de convivencia y conversación.
¿Cómo fue el día de la reapertura?
Aunque no tuvimos día de reapertura como tal, desde verano, incluso cuando no teníamos caja registradora y no contábamos más que unas pocas decenas de libros, ya eran muchos los vecinos del barrio que entraban a la librería a preguntar. Así que la apertura fue muy paulatina. Con la primera venta, apenas teníamos un par de anaqueles llenos de libros. Esto no ha hecho más que prolongar el encuentro con viejos lectores y aumentar la celebración.
Según la información vertida en medios, el cierre también estaba motivado por un descenso en ventas. ¿Han incrementado desde que habéis tomado el testigo?
Por ahora sí, también es que recibimos el calor de la gente dispuesta a celebrar la reapertura de Pérgamo. Pero la idea es que el proyecto siga creciendo. Para ello, estamos planeando multitud de eventos, presentaciones y clubes de lectura que terminen de dinamizar el espacio y atraer gente.
¿Qué ha cambiado en Pérgamo estos meses?
Tratamos de mantener un pie en lo clásico y otro en lo actual. Así, aunque respetemos y admiremos el legado del Pérgamo anterior, creemos que también es importante moverse hacia nuevos escenarios. Hemos ampliado la oferta de libros, apostando por editoriales pequeñas y nuevos proyectos. Además, tratamos de estar muy activos en redes sociales para atraer a otros públicos que no sean necesariamente del barrio.
Se nota esta actividad en redes sociales. Al ser una librería tradicional con una clientela más o menos fija, ¿cómo gestionáis la convivencia con lo digital?
Aunque es un trabajo muy exigente, lo disfrutamos mucho y creemos que es una parte esencial en el futuro de Pérgamo. Nos permite acceder a nuevos públicos y tener un contacto más fluido con el barrio, la ciudad pero también con México.
¿Cuáles nuevas anécdotas atesora Pérgamo en esta nueva etapa?
Muchas con entrañables lectores que se han vuelto amigos, con editores en complicidad y escritores que caminan la misma ruta.