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La librería desde adentro: El árbol de las letras

La librería desde adentro: El árbol de las letras

Soraya González: «La edición universitaria ha cambiado una barbaridad, hasta decir que prácticamente no existe».


Continuamos con nuestro paseo por las librerías de nuestro país. En este caso nos detuvimos en El árbol de las letras , una librería universitaria de Valladolid que lleva 20 años atendiendo a universitarios y a lectores deseosos de encontrar buenos manuales y enriquecedora literatura en esta casa de libros. Conversamos con Soraya González, una de sus dueñas.

Más de 20 años como librería universitaria. ¿Esperábais cumplir más de dos décadas cuando empezasteis?

La incertidumbre existe siempre, por esto y más cosas, pero cuando abrimos, nos lo tomamos como nuestra profesión para tiempo, veníamos de trabajar como empleadas en otra librería, nueve años y no podíamos trabajar ya en otra cosa.

¿A quién se le ocurrió la idea? ¿Cómo surgió esta librería?

A nosotras, decidimos dar el paso porque se traspasó la librería donde trabajábamos y decidimos organizarnos por nuestra cuenta.

¿En qué ha cambiado la edición universitaria en estas décadas después del 2000?

La edición universitaria ha cambiado una barbaridad, hasta decir que prácticamente no existe. Del 2002 al 2010 lo trabajamos bien y era nuestro fuerte para todo el año, pero la crisis económica de 2011 aflojó la venta, la venta directa online de las editoriales médicas a los alumnos. Luego llegó Amazon, aún así, Derecho, Medicina y Humanidades movían algún manual. Ha sido la pandemia de 2020 la que barrió totalmente al alumnado de la búsqueda y compra de manuales en papel, todo online, ebook o compra directamente, o por apuntes de la nube, o Amazon. El plan Bolonia minó mucho este tema, pues los manuales se redujeron en contenido en una tercera parte o menos: más esquemas, más apuntes, y con eso los universitarios pasan curso. Sobre su preparación luego para desempeñar su trabajo, mis dudas tengo, «quién mucho abarca poco aprieta» que decía el refrán, pero quien mucho aprieta…. Digo yo, se queda sin ná’.

Vamos encaminados a que desaparezcan y se impriman por editorial bajo demanda, se hace el libro si lo solicitas y sin derecho a devolución, como encargar un coche o un colchón, qué barbaridad me parece.

Os ha afectado mucho lo digital…

Lo digital hace que la gente pida en su casa sentado y le llegue el libro a su casa, y si no es Amazon, son las propias editoriales, la mayoría tiene su web, sus redes, todo online y se han olvidado de quién hacía su trabajo antes. Ellos estaban en una nave en un pueblo con los libros editados, nosotros les hacíamos visibles, les transportábamos, les vendíamos, les apoyábamos más a unos que a otros, según condiciones o perfil de tu librería. Pero yo me lo guiso, yo me lo como, como dice otro refrán, así que cobran el libro igual que una librería, pero se llevan el tanto por ciento de estas y de los distribuidores que llevaban las publicaciones a todos los puntos del país, ellos se llevan nuestro margen con el que comíamos, así que es normal que las librerías cierren y cada vez más, aunque bueno, siempre abren nuevas, pero ya no como librería propiamente dicha, los artículos de papelería y merchandising acompañan a los libros inevitablemente. Y si es el centenario de Proust, pues la novela no se la compra nadie, pero la bolsa de tela con una frase suya, o su rostro, etc, seguro que se vende mejor. Esto también dice de las editoriales y librerías, que visto lo visto, si tienen que sacar una taza con un dibujo de Harry Potter, pues lo hago,  o de El  principito, que se venden más bolsas de tela y tazas que el propio libro…

¿Cuáles son los títulos más vendidos?

Nosotras no somos un ejemplo a seguir para dar listas de ventas, no vendemos muchos bestseller, nuestro fondo es muy universitario en Humanidades, como comentaba. Si sale un buen ensayo en ed. Acantilado o Galaxia Gutemberg, etc podemos vender mas ejemplares de ese ensayo que del Premio Planeta, vamos, eso sí que es seguro, en nuestro caso como indico.

¿De qué anécdota os acordáis siempre que recordáis vuestro trabajo en la librería?

Tenemos muchas, pero hay una muy graciosa de hace años en la Feria del Libro, que había salido Irse de casa de Martín Gaite, en Anagrama, y una señora nos dijo: «Hola, quería la última novela de Martín Gaite, VOY A ESTAR FUERA. Esta es curiosa y representa muchas de este tipo, que a veces te acuerdas y siempre te sonríes.

En El árbol de las letras se pueden encontrar títulos de libros difíciles de ver en otras librerías de Valladolid, ¿no?

Pues eso dicen, dicen que nuestro escaparate es muy bueno, sobre todo el de literatura, y en general, pero es que es un poco «sesudo o conceptual». Siempre está pensado para autores menos conocidos, para una buena literatura, para mostrar una fecha, celebrar el día de la poesía, el día de cómic, el centenario de Proust o del Ulises de Joyce. Estas fechas literarias siempre son celebradas con monográficos y ‘altarcillos’ a estas joyas literarias.

¿Hacia dónde quiere evolucionar El árbol de las letras en un futuro próximo? 

¿Evolución? Con mantenernos las dos personas que llevamos la librería, trabajando en ella unos años más, nos damos por contentas. Innovar, cambiar, evolucionar no son palabras que de entrada estén en nuestros planes. No perder la ilusión para seguir buscando el mejor libro que vender, atender lo mejor posible a nuestros clientes para que estén contentos con tus consejos y vuelvan. Dar un plus en esos escaparates monográficos o presentaciones de libros, etc. Si logramos eso, estaría muy bien. Si esta empresa, una librería, es un tanto arriesgada hoy en día, no están las cosas para innovar mucho. Evolucionar, en realidad siempre se evoluciona, persona, cosa o animal, pero por su propia condición y el mero paso del tiempo, me parece.

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