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La industria cultural italiana ya tiene sus acciones prioritarias

La industria cultural italiana ya tiene sus acciones prioritarias

La industria cultural italiana subraya las acciones prioritarias: potenciación del sector, estabilización de las normas, apoyo al consumo cultural, lucha contra la piratería y protección de los derechos de autor.


La industria de contenidos culturales en Italia cuenta con cuatro prioridades, Confindustria Cultura Italia, la federación italiana de la industria cultural llama la atención de los partidos para la próxima legislatura. El mundo de la cultura, entendido como la producción de libros, películas y contenidos audiovisuales, música y servicios para museos y exposiciones genera un valor añadido de casi 16.000 millones de euros con más de 200.000 empleados: «su capacidad de generar riqueza y empleo, pero también innovación, para la economía, su impacto social en la vida de los italianos y la imagen de Italia en el extranjero, le confieren un importante papel en el desarrollo y el crecimiento del país», subraya Innocenzo Cipolletta, presidente de Confindustria Cultura Italia. «Tenemos que ser cada vez más conscientes de ello, invirtiendo y potenciándolo con políticas industriales específicas que deben estar en el centro de las agendas y programas políticos».

Los dos últimos años de políticas para las industrias culturales, continúa Cipolletta, «se han dedicado inevitablemente a tratar las consecuencias de la pandemia en el sector. El gran esfuerzo realizado por las instituciones ha llevado a la puesta en marcha de una serie de herramientas de intervención dirigidas principalmente a contrarrestar la emergencia y con un enfoque fragmentado. Pero, al mismo tiempo, ha madurado la conciencia de la necesidad de una visión orgánica y sistémica, de la necesidad de poner en marcha reformas estructurales que aprovechen la oportunidad de la crisis para estabilizar, integrar e innovar el marco normativo del sector, de manera que las empresas puedan definir planes de inversión seguros y a medio y largo plazo. Pero, al igual que otras industrias, el sector de la cultura tiene muchos sectores diversos dentro de él que merecen una atención específica. Por ello, sería conveniente promulgar leyes sectoriales para todos los ámbitos individuales de la cultura, como ya se ha hecho en algunos casos. El libro, la música y los servicios museísticos son sectores que merecen una legislación capaz de promover su crecimiento».

La cultura, señala Cipolletta «es también un activo esencial para la sociedad por su valor educativo, formativo y recreativo. Por ello, hay que estimular y facilitar su circulación y disfrute a través de políticas de apoyo al consumo cultural, por ejemplo, dando continuidad a medidas como el 18APP, extendiendo el carné de profesor a la compra de productos musicales y audiovisuales en su versión física y digital y desarrollando otras herramientas de apoyo similares para otras categorías más débiles, previendo la introducción de un régimen de deducibilidad de los gastos culturales y, finalmente, promoviendo un régimen de IVA facilitado para todos los productos culturales».

Además, concluye que «debemos recordar que la industria de los contenidos culturales se basa en los derechos de autor, que son el requisito esencial para la remuneración de quienes trabajan en esta industria, al igual que las patentes protegen la creatividad en el ámbito industrial y, por tanto, deben ser defendidas y potenciadas». La piratería sigue representando una gran amenaza para el sector, por lo que es necesario adoptar medidas eficaces para combatirla y salvaguardar el futuro de los operadores de hoy y de mañana. Lo que pedimos es que se preste atención al mundo de la cultura por el papel que desempeña en el crecimiento económico y social del país. Estas propuestas no son sólo para el sector, sino también para el futuro de las nuevas generaciones y, en general, de nuestro país».

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