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La Asociación de Editores Estadounidenses publica los alegatos orales en la demanda por infracción contra Internet Archive

La Asociación de Editores Estadounidenses publica los alegatos orales en la demanda por infracción contra Internet Archive

Internet Archive siempre ha respondido que sus actividades son legales y que la acción de las editoriales amenaza la misión central de las bibliotecas de poseer y prestar colecciones en la era digital.


Casi tres años después de que empezaran las disputas legales, el Juez Koeltl del Tribunal de Distrito de los Estados Unidos del Distrito Sur de Nueva York escuchó el pasado lunes, 20 de marzo,  los alegatos orales en la demanda por infracción de derechos de autor, Hachette Book Group, HarperCollins Publishers, John Wiley & Sons y Penguin Random House contra Internet Archive. La demanda fue presentada por primera vez el 1° de junio de 2022 por estas cuatro editoriales, alegando que Internet Archive escanea y presta libros de biblioteca de forma ilegal. Ante esto, Internet Archive siempre ha respondido que sus actividades son legales y que la acción de las editoriales amenaza la misión central de las bibliotecas de poseer y prestar colecciones en la era digital.

La Asociación de Editores Estadounidenses ha hecho público un comunicado en el que se plantean algunos de los puntos clave argumentados por los abogados de los editores en el litigio:

«Ahora esperamos la decisión del tribunal, señalando que tiene ante sí un extenso expediente de leyes y hechos que creemos apoyan la posición de los editores demandantes y los autores que representan.

En varios escritos, los editores han documentado el considerable y consistente precedente -en múltiples circuitos- contra la copia no autorizada y la distribución pública, particularmente cuando se trata de transmitir obras creativas enteras a miembros del público mundial sin licencia para el mismo propósito que las obras fueron publicadas originalmente y en competencia directa con los mercados establecidos.

Están en juego los medios de subsistencia de los autores y los incentivos y protecciones legales que hacen posibles las obras creativas en primer lugar.

Estos son algunos de los puntos clave planteados por los abogados de los editores y/o amicus curiae en el litigio hasta el momento, incluidos los argumentos orales de hoy:

– El demandado se dedica al robo digital. Su escaneado masivo de libros impresos -y la exhibición y distribución públicas de esos libros electrónicos pirateados- contravienen directamente la Ley de Propiedad Intelectual. En los dos años transcurridos desde la interposición de la demanda, la infracción se ha acelerado de forma flagrante.

– Al llevar a cabo un ‘cambio de formato’ masivo y no compensado de libros impresos a libros electrónicos, Internet Archive está robando a los autores su derecho legal a licenciar por separado los diversos y cambiantes formatos que el Congreso pretendía.

– La Ley de Propiedad Intelectual sirve al interés público concediendo incentivos económicos a los autores. Estos incentivos adoptan la forma de derechos de autor que pueden comercializar y rentabilizar, incluso cediendo sus derechos de publicación a las editoriales. Los autores son fundamentales para la finalidad pública de la ley.

– La Ley de Propiedad Intelectual deja claro que el derecho del autor a determinar la distribución pública incluye la transmisión de formatos digitales a miembros del público que acceden a sus obras en distintos lugares y momentos, como cuando un usuario de biblioteca accede a un libro digital desde la comodidad de su casa. Los editores invirtieron mucho en el desarrollo de innovaciones digitales, que son el resultado de la confianza en el mercado legal, no de la infracción masiva.

– La demandada insiste erróneamente en que sólo está haciendo lo que las bibliotecas siempre han hecho. Pero las bibliotecas conceden habitualmente licencias de libros electrónicos digitales y no fabrican libros electrónicos por sí mismas.

– El perjuicio para los autores y las editoriales es evidente: la demandada se niega a pagar las tarifas que las bibliotecas pagan habitualmente por prestar precisamente el mismo servicio y ofrece un sustituto competidor de los libros electrónicos de las editoriales. Cada venta perdida supone una pérdida directa de ingresos para los autores.

– Si no se controla, la conducta de la demandada causaría pérdidas sustanciales y pondría seriamente en peligro la capacidad de las editoriales para publicar nuevos libros, apoyar a los autores con un flujo fiable de derechos de autor e invertir en nuevas tecnologías de publicación como los libros electrónicos autorizados para bibliotecas.

– Su práctica no está amparada por las excepciones legales para bibliotecas, que permiten a las bibliotecas cualificadas reproducir y distribuir obras en condiciones específicas muy concretas, y sólo cuando no haya ventaja comercial indirecta ni interferencia con mercados funcionales.

– Internet Archive creó de la nada una ficción legal a la que denomina «Préstamo Digital Controlado». Pero el demandado no es un órgano legislativo y no puede limitarse a crear sus propias normas.

– La práctica de Internet Archive puede empezar aquí con los libros, pero por extensión, podría amenazar rápidamente a las películas, la música, el software, los videojuegos y otras obras que enriquecen nuestra sociedad. Por ejemplo, el catálogo de música y películas disponibles en formato digital no se limita a las obras «nacidas digitales», sino que incluye obras de catálogos anteriores de producciones musicales y cinematográficas analógicas que se han digitalizado y conservado cuidadosamente y que ahora están disponibles en el mercado para que el público las escuche en streaming, adquiera licencias o las compre.

– Es factible que toda la red de bibliotecas del país pueda unirse o abastecer al Archivo de Internet, permitiéndole a él y a ellas «prestar» gratuitamente miles de copias de los superventas de todas las industrias artísticas -libros, música, cine y más- para competir con las obras digitales y los servicios de streaming que se han hecho legalmente licenciables.

– Los actos infractores llevados a cabo por IA se producirán no sólo en EE.UU., sino también en el extranjero, en cualquier lugar en el que se ponga a disposición un libro electrónico, independientemente de si se accede a él o no.

– Internet Archive está distribuyendo todo tipo de obras sin permiso: fantasía, romance y más. En la medida en que hay un componente educativo en las obras que distribuyen, se debe a las contribuciones de los autores y editores que crearon las obras, no al demandado.»

Fuente: Asociación de Editores Estadounidenses

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