
"Hay más bancas de apuestas que bibliotecas"

Librería Cuesta | © Divulgación Más del 95% de las librerías en la República Dominicana han desaparecido, según informan en el diario El Día. Las que permanecen en el mercado sobreviven dentro de otros espacios, como son las estanterías de determinados supermercados o a traves de alianzas con plataformas digitales. Las librerías tradicionales que aún permanecen abiertas sufren poca rotación en su fondo editorial y cada día parecen más cercanas al cierre. En los últimos tiempos han cerrado en el país más de 15 librerías. El escritor y catedrático dominicano, Andrés Mateo, declaraba al diario El Día que «ese tipo de comercio tiene un escenario desértico, en el que las ventas han caído en su totalidad y las que aún están abiertas lo hacen de una forma deprimente». “Solo queda el cinco por ciento de las librerías y es porque están en supermercados, son las especializadas o están recostadas en las universidades”, destacó Andrés Mateo. El catedrático explicó que a los supermercados concurre un gran potencial de clientes, los cuales aprovechan y compran sus libros, mientras que las que están cerca de las universidades o especializada están enfocadas a una clientela masiva en algunas temporadas. Pese a que la crisis de las librerías es de tendencia mundial, las que no innovan y combinan las plataformas digitales con la venta de libros físicos están destinadas a sucumbir, señaló Mateo. Comentaba también que ,en el país. la librería Cuesta es la única que sigue la tendencia digital. Está vinculada al mercado español y tiene, además, la posibilidad de traer una enorme variedad de textos actualizados de las más diversas disciplinas del mundo profesional o estético. Los libreros se quejan de falta de apoyo gubernamental, desde falta de políticas públicas que incentiven la lectura en los jóvenes a una ley del libro que no está funcionando. Virtudes Uribe, propietaria de la librería La Trinitaria ─que ha anunciado su cierre en los próximos meses─ declaró al diario dominicano: “La normativa que organizaba las bibliotecas barriales aún no se cumple y hay más bancas de apuestas que bibliotecas”.