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Habitar los espacios del álbum

Habitar los espacios del álbum

Además de los espacios que hay «dentro» del libro, existen también los espacios exteriores de lectura.


Un texto de Inês Castel-Branco, editora de AKIARA books

Cuando hablamos del espacio en los libros, de inmediato pensamos en los espacios representados en los que tiene lugar la historia y donde nos reunimos con los personajes. Pueden ser paisajes urbanos, rurales, exóticos o imaginarios, descritos de manera más o menos realista. Solemos analizarlos fijándonos en los diferentes puntos de vista de las ilustraciones, en el movimiento, el ritmo de la narración, la gama cromática, las convenciones, las transgresiones…

Pero, además de los espacios que hay «dentro» del libro, existen también los espacios exteriores de lectura: un sofá, una cama, la mesa de una biblioteca, el suelo de una clase, el rincón de una librería, una hamaca bajo un árbol… A solas o en compañía, en ese rincón del mundo ocurrirá algo extraordinario: viajaremos a otro mundo imaginario gracias a la magia de las palabras, las ilustraciones y el formato único de cada libro.

En una sociedad cada día más digitalizada, en la que saltamos de un contenido a otro sin reconocer el camino que nos ha llevado hasta allí, abrir un libro nos enraíza, nos recuerda el cuerpo que tenemos, nos acerca a los que comparten la lectura con nosotros, nos sirve de refugio. La lectura de un libro transforma un espacio neutro y abstracto en un lugar concreto y habitado.

Los álbumes ilustrados pueden llevar al límite esas dos maneras de entender el espacio: además de evocar mundos reales o imaginarios, también exploran nuevos formatos físicos de interacción. Cada día hay más libros-juego, libros-acordeón, libros desplegables, libros gigantes o minúsculos que piden una actitud diferente por parte de los lectores, que los invitan a interactuar, a desplegarlos, a rayarlos, a habitarlos.

Además, muchos autores juegan también con los formatos y la función de las cubiertas, las guardas o la doble página y lo que antes podía ser una limitación del soporte ahora se transforma en un elemento esencial del libro (por ejemplo, cuando la separación entre páginas es aprovechada para señalar una barrera física que los personajes no pueden cruzar).

La Asociación Álbum, que agrupa 27 editoriales especializadas en libro-álbum dedicó una semana a finales del 2022 a la reflexión sobre las diferentes dimensiones del espacio presentes en los libros. En la era de la imagen digital en movimiento, que tantas veces desubica e inquieta, propongamos a nuestros niños y niñas buenos libros que les estimulen, que les permitan reflexionar con calma y habitar un espacio único.

 

 

 

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