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Paulo Valente: «Yo he sido el editor, el curador de los libros de mi madre»

Paulo Valente: «Yo he sido el editor, el curador de los libros de mi madre»

Hablamos con Paulo Valente, uno de los hijos de la afamada escritora Clarice Lispector y el único heredero de sus obras completas.


Paulo Valente (Río de Janeiro, 1953). Economista y autor de libros de investigación, una novela con visos policiales y otros textos infantiles. Aprendió a contar historias con su madre, Clarice Lispector y siguió la tradición contándole cuentos a sus dos hijos. Nació en Río de Janeiro, en una familia en la que casi todos escribían. Además de libros infantiles ha publicado otros para adultos.

¿De qué trata El león ya no quiere rugir, el libro ilustrado para niños que ha publicado en Siruela?

El león ya no quiere rugir es un libro ilustrado inspirado en el Carnaval de los animales. Yo escucho mucha música y esta me gustó muchísimo. A partir de ella yo cree esta historia con un fondo educativo e importante, quizá en en países como Brasil donde la democracia anda despacio. Este libro fue adoptado por el Gobierno, por elecciones libros de los profesores de los colegios. Compraron 10 mil ejemplares para las aulas escolares.

El Gobierno compra bajo presión, pero a mí me causa mucha alegría que el libro a través de la escuela, llegue a más niños y familias.

«El libro está hecho para enseñar a los niños en cualquier momento la forma de gobernar, porque ellos no la entienden»

¿Por qué un libro infantil que habla sobre la transición democrática?

Este libro trata la transición democrática, sí. El libro está hecho para enseñar a los niños en cualquier momento la forma de gobernar, porque ellos no la entienden. La figura del león es una que todos los niños saben: el rey de la selva.

En la Feria de Buenos Aires se llevó a cabo una actividad infantil con el libro, en la que un cuentacuentos leyó el libro a los niños y al finalizar la lectura les preguntó qué animal querían que gobernara y después realizaron dibujos del mandatario elegido.

¿Podemos encontrar paralelismos en esos animales que sugiere el Mono con nuestros gobernantes y personajes que nos “controlan” hoy en día?

Este tema es muy importante en Brasil porque tenemos un gobernante elegido democráticamente, pero está poniendo en dudas si las elecciones son fiables y está amenazando, un poco similar a Donald Trump, a los ciudadanos con respecto al futuro de su gobierno si no saliera elegido. Nuestro presidente brasileño es un espejo de Donald Trump.

La pandemia ha causado calamidades en Brasil que su mandatario no quiso gestionar adecuadamente, dando lugar a resultados dramáticos no solo sanitarios sino socioculturales. ¿Cómo es vivir, escribir y acudir a eventos culturales en Brasil?

En Brasil hay libertad de prensa y pensamiento, un punto muy favorable gracias a la última Constitución Democrática, eso no se nota. Pero, por otro lado, el gobierno no apoya la cultura porque creo que este presidente nunca ha leído un libro, entre otros asuntos.

Igualmente, la Biblioteca de Brasil mantiene activa una convocatoria anual, gracias a esa Constitución, para la traducción de obras publicadas en Brasil a otros países, como España.

«Yo he sido el editor, el curador, de los libros de mi madre»

¿Qué se siente escribiendo LIJ, un género que, entre otros como la poesía ha estado denostado?

En Brasil hay un trabajo interesante porque el gobierno tiene un programa de compras de libros para las escuelas, por lo que este género tiene más impulso gracias a ese incentivo. Todos los padres y las familias en general son muy conscientes de que la lectura debe empezar desde la infancia.

¿En qué medida la escritura de su madre, no solo la infantil ha influido en su carrera profesional?

Yo viví rodeado de libros, porque la editorial de mi madre enviaba como cortesía todas las obras que publicaban, por lo que me leía prácticamente todo lo que llegaba a casa. Siempre tuve un interés especial por la literatura.

¿Qué supone para la familia el legado de su madre?

Yo he sido el editor, el curador de los libros de mi madre. Una vez en vida ella dijo: «no sé qué pasará una vez yo no esté con mi trabajo». Yo permanecí en silencio.

A fin de cuentas, este trabajo solo lo puedo hacer yo porque solo un heredero puede autorizar todo, pero lo hago con amor y gusto, es como una segunda profesión para mí dado que yo soy economista me interesa mucho cómo se venden cada uno de sus libros en todos los países y con cada uno de sus formatos impresos.

Clarice quería que todos los libros fueran accesibles económicamente, para ella esto era muy importante, quería que los libros llegaran a todo el mundo que los quisiera.

Clarice dijo en su día «Soy tan misteriosa que ni yo misma me entiendo», algo que podemos observar en su libro de Cuentos para niños. Casi de verdad. ¿Pudo Clarice resolver los misterios de su propia obra? ¿Y usted?

No, nunca fue posible resolver ninguno de los misterios que Clarice narró en los cuentos.

El misterio del conejo pensante es un cuento que Clarice escribió para usted. Un cuento que tiene el mayor misterio de todos…

Un dí­a le pedí­ una historia para mí­ y ella escribió El misterio del conejo pensante, una ficción y una realidad sobre una mascota que siempre escapaba, pero nunca se sabía cómo.

Muchos niños llegaron a escribir a mi madre con ese misterio, con su resolución. Incluso mi nieta de cinco años piensa acerca de ello, tiene la teoría de que el personaje de mi hermano ayudaba al conejo por las noches.

Tanto los cuentos de su madre como el suyo, El león ya no quiere rugir, hacen una clara apología de nuestra sociedad, de nosotros como individuos-animales. A ella le encantaban los animales. ¿Quiso seguir el legado de su madre, es un regalo póstumo a su madre o solo es un regalo para los niños?

Este libro tiene como base, como mayor influencia, el carnaval de los animales. Por supuesto, tiene gran influencia de Clarice, porque es mi madre y me he criado con ella y trabajo su escritura, pero esto es algo ajeno a sus cuentos.

«Un dí­a le pedí­ una historia para mí­ y ella escribió El misterio del conejo pensante, una ficción y una realidad, sobre una mascota que siempre escapaba, pero nunca se sabía cómo»

Lispector dijo en su momento: «El no haber nacido animal es una de mis nostalgias secretas. ¿Cree que la literatura transportaba a su madre a un universo animal? ¿Y a usted, la literatura y escribir sobre animales le convierten en animal?

Hoy en día hay una conciencia, cada vez más reciente, de los comportamientos neurológicos de los animales. En EE. UU. están estudiando las intenciones de las moscas, por ejemplo. Cómo se comportan ciertos animales según sean macho o hembra. Para mí hay mucha semejanza entre el ser humano y el ser animal. Somos muy parecidos.

De los cuentos de Clarice, ¿cuál es su favorito?

A mí me encanta El misterio del conejo pensante, porque es para mí. Pero el último cuento, las doce leyendas brasileñas me parece muy poético, no es tanto infantil sino poético. En muchas editoriales no juntan cuentos con leyendas, no creen que en la LIJ debe haber esta mezcla, pero me siento feliz y creo que Siruela ha acertado mucho juntando estos cuentos con las doce leyendas brasileñas que mi madre ha reinterpretado. Incluso personas como Maria Bethania han creado una canción basada en la leyenda de Uma Perigosa Yara.

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