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El préstamo digital, ¿enemigo de los autores?

El préstamo digital, ¿enemigo de los autores?

Authors Guild contra el préstamo de libros digitalizados | © Authors GuildAuthors Guild es la organización profesional de autores más antigua y más grande de Estados Unidos. Hace unos años libró una batalla de 14 años para restringir la digitalización de libros. Ahora está extendiendo esa lucha al nivel de las bibliotecas bajo el lema “Controlled Digital Lending Is Neither Controlled nor Legal” (El préstamo digital controlado no es ni controlado ni legal), argumentando que es ilegal permitir que las bibliotecas se modernicen o se adapten a la forma en que los usuarios acceden a los libros digitales o digitalizados. El auge de los libros electrónicos ofrece a las bibliotecas una manera potencial de expandir sus colecciones y ofrecer a sus usuarios un servicio de préstamo moderno y adaptado a la era digital Según los datos ofrecidos por Statista, en el año 2017 se prestaron 266 millones de libros electrónicos en las bibliotecas de Estados Unidos. Rakuten OverDrive, la plataforma de lectura digital líder que proporciona servicio a más de 43,000 bibliotecas y escuelas de todo el mundo, informó que el préstamo y el uso de libros electrónicos, audiolibros y revistas en bibliotecas públicas en 2018 alcanzó niveles récord. Las bibliotecas prestaron más de 274 millones de libros digitales en 2018,la tasa de crecimiento más alta desde 2015. ¿Dónde se origina la polémica? En primer lugar, debemos entender como funciona el sistema de Préstamo Digital Controlado (CDL). El sistema CDL permite a una biblioteca distribuir copias digitales de un libro exactamente de la misma manera que distribuiría medios físicos. Si la biblioteca tiene una copia digital de un libro, puede prestar esa copia a un único usuario a la vez. Si una biblioteca posee tres copias de un libro físico y digitaliza una de ellas, puede distribuir dos copias físicas y una digital. Es decir, las bibliotecas solo ponen en circulación el número exacto de copias de una obra de las que dispone. Las copias físicas de los libros que se prestan de manera digital han de ser retiradas de la circulación por la biblioteca mientras la copia digital esté en manos de un usuario. El objetivo de este sistema es garantizar la adquisición de las obras de manera legal. Por tanto, el principal beneficio de este sistema es la digitalización de libros que actualmente no se ofrecen en formato electrónico y ampliar el alcance de estos. Según Authors Guild, la premisa del sistema CDL es errónea ya que los tribunales han dictaminado que un bien digital usado no puede revenderse. Authors Guild se basa en el juicio entre Capital Record y ReDigi por la reventa de música en formato digital. La diferencia principal estriba en que la actividad de ReDigi era una actividad comercial mientras que las bibliotecas no tienen ánimo de lucro. Por tanto, en lo referente al préstamo de libros digitalizados, respetando siempre la relación de número de ejemplares comprados y copias prestadas, no existe ninguna sentencia ni posicionamiento judicial. Ciertamente, los autores perderían ingresos adicionales por cada préstamo de un libro digitalizado a través del sistema CDL Estos préstamos sustituirían la venta de libros electrónicos, bien sea directamente a las bibliotecas o directamente al lector. Sin embargo, esto, en principio no tendría que suceder ya que el sistema CDL establece que las bibliotecas creen versiones digitales de libros que no han sido digitalizados por los editores y, probablemente nunca serán transformados a esos formatos. Por tanto, los préstamos bajo el sistema CDL no debieran tener ninguna influencia en la venta de libros. Más allá de esta aclaración, existe otro error de fondo en las reclamaciones de Authors Guild y no es otro que la concepción genérica del préstamo en bibliotecas. Los préstamos de libros en bibliotecas, en cualquier formato, no representan una venta perdida. En primer lugar, el hecho de que un lector o investigador pueda acceder a una obra de manera gratuita no significa que ese libro no haya sido comprado, ni mucho menos que, de no encontrarse disponible en la biblioteca, el lector vaya a acudir raudo a una librería a comprarlo. Por otro lado, las bibliotecas son, en definitiva, importantísimos prescriptores de lectura. Las bibliotecas ofrecen al lector la posibilidad de conocer autores, géneros, editoriales… Las bibliotecas son también un escaparate publicitario para los autores y sus obras. Si desea acceder al manifiesto «Controlled Digital Lending Is Neither Controlled nor Legal» puede hacerlo a través de la web de Authors Guild. Noticia realizada con información de Joel Hruska en ExtremeTech

 

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