
La guerra entre gigantes editoriales continúa

Más que guerra de editoriales, ostentación de poder. Y es que la empresa alemana Bertelsmann sigue con su lucha por adquirir Simon & Schuster, mientras que en Francia, Vivendi va a por todas.
El año 2021 para la industria editorial mundial se cierra bajo el signo de dos grandes fusiones que —si el antimonopolio lo permite— deberían ver la luz en 2022. En Estados Unidos, Penguin Random House se dirige a Simon & Schuster, mientras que en Francia Vivendi, que ya controla Editis, posee el 45,3% de Largardère y se prepara para lanzar una oferta pública de adquisición sobre el resto de las acciones editoriales.
En el primer caso, se crearía un gigante que controlaría el 33% del mercado del libro estadounidense. En el segundo caso, la galaxia Hachette más las editoriales Editis, según las estimaciones de Le Monde, tendrían una cuota del 71% en libros de texto, del 63% en diccionarios y del 54% en libros de bolsillo.
Este es precisamente el debate que está teniendo lugar en ambos países en torno a estas dos operaciones, la forma en que las autoridades de garantía se disponen a evaluarlas, lo que nos dice algo sobre cómo está cambiando el mercado del libro. Huésped de piedra: Amazon. Porque —argumentan los editores implicados— ya no tiene mucho sentido hablar de concentración del mercado, de riesgos para la pluralidad, cuando el interlocutor es el gigante de Seattle.
La parada del gobierno estadounidense
El juego en Estados Unidos llegó a un punto álgido el pasado mes de noviembre, cuando el Departamento de Justicia se opuso a la propuesta de compra por valor de 2.200 millones de dólares, argumentando que estaba en juego el mercado de los anticipos a los autores superventas. Según el Gobierno, el abrumador poder del nuevo grupo editorial reduciría excesivamente las opciones de los autores más vendidos, que se verían obligados a elegir entre un número limitado de ofertas para publicar sus obras. Dos tercios del mercado de los autores más vendidos, calcula el Gobierno, corresponden a editoriales como Penguin Random House, Simon&Schuster o HarperCollins.
En los últimos años se ha demostrado la capacidad de las editoriales más pequeñas para colocar un buen número de sus libros entre los más vendidos. En cuanto al mercado comercial, los abogados de Penguin señalan que la cuota de mercado de las editoriales ajenas a los cinco grandes grupos (que pasarían a ser cuatro) pasó del 44,1% en 2014 al 49,7% en 2020.
Los abogados de Penguin sacan a relucir a Amazon
Pero el punto central de la defensa es otro y se refiere a Amazon: gracias a los servicios logísticos ofrecidos por Penguin, argumentan los abogados, los libros de Simon&Schuster estarán más presentes en las librerías físicas y online y serán más fáciles de conseguir. «La oferta logística de Penguin Random House», explica la defensa, «es cada vez más importante para las librerías de barrio que luchan por competir con el catálogo ilimitado de Amazon y su eficiente cadena de distribución. La ampliación de la logística de Penguin a los autores de Simon & Schuster garantiza, en última instancia, más ingresos para los autores y más opciones para los lectores».
Disney europeo
No es difícil imaginar que los argumentos «americanos» resonarán en Europa cuando las autoridades antimonopolio tengan que evaluar la operación de Vivendi desde el punto de vista de la edición de libros. Tras adquirir las acciones del fondo Amber, Vivendi posee ahora el 45,3% de Lagardère y, de acuerdo con la legislación francesa, anunció su oferta pública de adquisición del resto de las acciones para febrero. Unos días más tarde, Lagardère hizo un movimiento que algunos interpretan como un intento de mejorar su negocio al declarar que el margen de explotación de las actividades editoriales del grupo, estimado anteriormente en torno al 12%, es en realidad del 13,5%.
El nuevo grupo deberá adelgazar el ramillete de sus marcas editoriales. Pero más allá de eso, es interesante fijarse en las declaraciones realizadas el pasado mes de noviembre por Arnaud de Puyfontaine, consejero delegado de Vivendi, quien, en un acto público, dijo admirar mucho a Disney y ver en el futuro de su conglomerado la posibilidad de crear un «Disney europeo». Vivendi está ahora presente en la televisión de pago con Canal +, en los videojuegos con Gameloft, en las aplicaciones web con Daily Motion, en la publicidad con Havas, así como en la edición, los libros y el periodismo. Un gigante de los contenidos, en definitiva, al que su consejero delegado da la misión de convertirse en un «Disney» capaz de competir en igualdad de condiciones contra los grandes gatekeepers del mercado americano, acusados de vampirizar estos contenidos pero que, al mismo tiempo —véase Amazon— también están poniendo un pie en la industria cultural a través de la publicación de libros, cine y series de televisión. Una vez más, el mensaje es claro: no hay que fijarse en la concentración del mercado cultural nacional o único, ya sean libros, periódicos o televisión de pago, sino en la competencia con los gigantes estadounidenses.
*Traducción del diario italiano Gionale della Libreria