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El auge y futuro del audiolibro

El auge y futuro del audiolibro

Carlos Rojas Urrutia conversará sobre el auge y futuro del audiolibro, en un encuentro que se celebrará dentro de CONTEC Buenos Aires.


Si en el mundo hispánico los audiolibros son una pequeña fracción del mercado, en Suecia el formato abarca 50% de la facturación de esa industria editorial. En español los mercados exploran distintos modelos para los formato de audio; por otro lado, en los países escandinavos la opción ya consolidada es la de las plataformas de suscripción.

Entrevistamos a Carlos Rojas Urrutia, mexicano responsable del proyecto para América Latina de Zebralution, quien conversará con Carlo Carrenho, consultor editorial asentado en Suecia, sobre el Auge y futuro del audiolibro, en un encuentro que se celebrará dentro de CONTEC Buenos Aires, el miércoles 26 de abril a las 15 horas.

¿En qué se parecen y cómo son únicos los formatos de audio respecto al soporte tradicional del libro?

A diferencia de un e-book, que replica la experiencia tradicional de leer un libro en un soporte distinto al papel, el audiolibro es un contenido totalmente distinto, aún cuando su función es la misma: contar historias y compartir conocimiento. Ha habido cierto debate soso sobre si escuchar un libro también es leerlo, y vaya que lo es. El formato abre nuevas posibilidades porque combina la experiencia de «leer un libro» con la de «escuchar una canción».

Algo obvio pero importante al hablar de audiolibros es considerar que la distribución se hace para un ambiente totalmente digital y abarca algo más amplio que el espectro tradicional del libro, pues incluye también a los consumidores de música y programas hablados (spoken word). Eso abre el camino a un modelo de negocio que expande las posibilidades de los contenidos y sus formatos.

¿Cuáles son las principales tendencias de contenidos de audio en la actualidad?

La discusión más importante hoy en día en los mercados consolidados del audiolibro (Alemania, Estados Unidos, los países escandinavos) es cómo aprovechar los modelos de negocio, las herramientas de promoción y la tecnología que proviene de la industria de la música para aplicarla al formato del audiolibro y su hermano híbrido, el podcast, un formato súper popular que curiosamente aún no encuentra la forma de monetizarse desde la industria editorial.

Otra tendencia importante es la necesidad de audiolibros en español. Todas las plataformas con las que trabajamos en Zebralution están muy interesadas en contar con audiolibros de editores hispanos; paradójicamente, existen muy pocos audiolibros en nuestro idioma que no estén sujetos a algún tipo de exclusividad o política que impida su distribución en todas las plataformas de audiolibros y música, que sería el camino adecuado para ir en busca de nuevas audiencias.

¿Percibes que los editores de América Latina están listos para incursionar en el formato del audiolibro?

En América Latina (y en español en general) tuvimos ya una amplia experiencia con los audiolibros a finales de la última década: plataformas de diversos países compraron derechos para producir contenidos y aplicaron un modelo de negocio que dejó al editor fuera de esas iniciativas. El resultado fue que los editores perdieron interés en sus contenidos, las audiencias no pudieron llegar a ellos y las plataformas descubrieron que era imposible producir eternamente todos los audiolibros de todos los editores. En lugar de eso, habría que contribuir a crear un ambiente en el que sean los propios editores quienes produzcan su contenido.

Ahora, lo que percibo es que hay mucho interés de algunos editores por explorar el formato, pero también muchas dudas en el camino. Aunado a eso, en ese auge internacional por el audiolibro en español, los editores reciben propuestas de proyectos locales e internacionales para vender o comercializar su contenido, con argumentos que quizá generan más dudas que claridad. La manera de aliviar la incertidumbre y contribuir a que los editores tomen ese paso bien informados es conversar acerca del audiolibro, oportunidad que tendremos en CONTEC.

En América Latina los números son muy pequeños, pero el formato tiene un futuro brillantísimo. No lo digo yo, sino los editores, plataformas y proyectos que van a la cabeza del mercado.

¿Cuáles son los principales desafíos a los que hay que enfrentarse a la hora de distribuir y comercializar audiolibros?

El desafío en América Latina tiene que ver siempre con el dinero para invertir en un proyecto nuevo. Hay una idea un poco equivocada de que hacer audiolibros es muy costoso, cuando en realidad es una inversión igual o un poco menor a la de publicar un libro impreso. Es cierto que el modelo de negocio funciona de una forma distinta al de la edición tradicional y la recuperación sucede en un mediano plazo.

En una nuez, hay tres puntos clave en los que hay que poner mucha atención: distribuir los audiolibros en todos los canales y formas posibles: descarga, venta unitaria, streaming de música, tienda de audiolibros, biblioteca digital…; aplicar herramientas y estrategias de difusión para visibilizar los contenidos en todas las plataformas; contar con herramientas de seguimiento y analíticas para saber qué tipo de contenidos funcionan en qué plataformas y modelos.

Ahora mismo en Zebralution trabajamos con editores independientes de distintos países para apoyarles a producir su contenido y luego distribuirlo y promoverlo con nuestras herramientas. Estamos seguros de que pronto tendremos casos de éxito para compartir.

Ahora que se habla del auge del audiolibro, ¿hacia dónde crees que se dirija el futuro de los libros que se transforman a formatos de audio?

Es muy incierto en verdad. Es algo que se está construyendo incluso en los mercados donde el audiolibro está consolidado. Tenemos asomos de claridad: los editores y autores mirarán cada vez con más interés el formato del podcast para buscar lectores-escuchas, pero será necesario que cada libro cuente con su formato de audio. Es probable que los grandes jugadores intenten montar sus propias plataformas de distribución como un primer paso para explorar este modelo de negocio, que aun está en desarrollo, pero por el que se sienten atraídos. La Inteligencia Artificial reducirá los costos de producción y también afinará las herramientas de promoción para encontrar audiencias específicas. Todo está por definirse. Es por eso que hay que mantenerse atentos a las ideas disruptivas y recibirlas con una mente abierta.

Carlos Rojas Urrutia es periodista. Ha colaborado en áreas comerciales y de promoción de diversas librerías mexicanas. Fue director de MVB América Latina, una subsidiaria internacional de herramientas para la industria del libro que cuenta con la inversión de la Feria del Libro de Frankfurt. Actualmente es jefe de contenidos en español de Zebralution, distribuidor alemán de audiolibros, música y podcast. Es socio fundador de Lecturable, agencia mexicana de diseño de estrategias para la industria del libro.

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