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Editorial: Revista ‘Texturas’. Una pequeña fiesta que no pasa inadvertida

Editorial: Revista ‘Texturas’. Una pequeña fiesta que no pasa inadvertida

El pasado jueves 18 había motivo de celebración en el mundo del libro en español. Manuel Ortuño nos convocó a unos pocos afortunados a que celebráramos con él y con su consejo editorial, los recién cumplidos 15 años de la revista Texturas. Nos encontramos en la librería Juan Rulfo, de Madrid, gracias a la cordial invitación de Manuel Lascán, del Fondo de Cultura Económica. Manolo y Sonia supieron repartir de primeras vino de Requena, acompañados unos de suculentos quesos, que sirven para recordar que el buen gusto de los editores no solo está en el papel y las palabras. Así, con las uvas de Requena en sangre, tuvimos mucho que celebrar.


Son estos pequeños acontecimientos que pasan inadvertidos, que apenas se asoman a algún medio, donde se deja ver la fuerza serena y un discreto ímpetu de quien se propuso hablar sobre libros, como una vid que no tumba el viento, ni el agua ni el calor ni los años que pasen, que solo sirven para dar más fuerza y sabor, en este caso, a sus palabras.

Tenemos que celebrar que una editorial y una revista como Texturas siga adelante pese a todo. Tuve la oportunidad de alzar mi copa para brindar por Manolo y su equipo, por todo lo que nos han enseñado durante todos estos años, por todo lo que nos han acercado y descubierto; y, sobre todo —lo puedo volver a repetir aquí, ahora, ya lejos del vino— por fomentar la identidad entre los profesionales del libro.

Hubo palabras de Javier Jiménez, Íñigo García y Antonio de Marco, mientras que Martín Gómez, Gabriela Torregrosa o Manuel Gil (a quienes seguimos invitando a este espacio, que también es suyo), las saborearon con la sonrisa cómplice y satisfecha de haber contribuido a cumplir todos estos años .

Como hay gustos para todos, hay quienes detestan que la palabra industria se cuele entre lo que se sigue considerando un oficio. Pero la ingente producción española de libros hace sospechar que hay una inmensa industria detrás, rara y peculiar, distinta a la del automóvil y de la del acero. Yo soy de los que piensan que sí, que pertenecemos a una industria, pero una muy extraña, donde algunos tratan de demostrarlo y otros ignorarlo, como si en esto pudiera haber debate. Como cuando el fiel Spiro le escribió a Margo, la hermana de los dos Durrell tras su marcha de Corfú en 1939: «No se lo diga a nadie: la guerra ha comenzado». No tenemos una industria secreta, pero sí a gran y pequeña escala, donde formamos un tejido en el que se intenta o perpetra hacer libros —a sabiendas de que unos hacen y otros editan—.

Por eso tiene tanto sentido celebrar los quince años de Trama y de Texturas, porque ayudan a limpiar el espejo en el que debemos vernos, a comprendernos y a reconocernos. La falta de identidad profesional es un sinsentido: de ahí que comparta con Manolo la necesidad de reconocernos como profesionales, quienes han volcado su vocación en una tarea que no conduce ni a la fama ni al éxito, pero sí a una rara satisfacción que solo se consigue cuando se ve el libro en las manos de los lectores, y sabes que tus manos y las de otros tantos compañeros han trabajado —¡y discutido!— mucho para dar orden a esas palabras y a esos pliegos.

Estar al día en nuestro sector es esencial para que sepamos dónde estamos y a dónde vamos; por eso, desde Publishnews, quienes compartimos esa misma rara pulsión por hablar sobre el libro y sus profesionales cada día, volvemos a alzar la copa para brindar por Trama y Texturas, para que haya más profesionales que la lean, que se suscriban y que participen del gozo de una gran pequeña fiesta que no puede pasar inadvertida.

 


Antonio Martín

De formación hetorodoxa entre letras y comunicación, fundó Cálamo & Cran en 1997, el centro de formación para editores, correctores y traductores. Es uno de los cuatro miembros del grupo Palabras Mayores, divulgadores del lenguaje. Ha escrito algunos libros y artículos sobre todo ello. Es un profesor entregado y ameno, lo que le ha llevado a impartir cursos en distintas universidades españolas y americanas. El mundo del libro le gusta tanto como las croquetas.

 

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