
Alejo Cuervo: «Mi decisión parte del pragmatismo»

La Editorial Gigamesh, editorial española fundada en Barcelona en 1999 por Alejo Cuervo y especializada en fantasía y ciencia ficción, solo venderá en su propia tienda, por internet y en ferias.
Alejo Cuervo, editor de Gigamesh, la editorial que ha publicado toda la saga de la famosa serie de televisión Juego de Tronos, escribía hace tiempo en su muro de Facebook que le estaban «empezando a llover reclamaciones furibundas de libreros indignados porque no se les sirven todos los ejemplares que habían pedido». La cadena del libro es complicada, pues no solo entra en juego el editor y el librero, sino el distribuidor, los repartidores, etc.
Hemos hablado con Alejo Cuervo por teléfono y nos ha confirmado la horda de reclamaciones por parte de muchos libreros que ha estado recibiendo durante meses, pero que en parte comprende la situación a la que estos se enfrentan día a día, en esta frenética cadena del libro en la que actualmente solo priman las novedades.
La decisión de que solo venderá en su propia tienda, por internet y en ferias, y que dedicará el ahorro en intermediarios a rebajar el precio de sus títulos entre el 30% y el 40%, la ha tomado por puro pragmatismo. Y es que desde hace años sus libros han dejado de ser competitivos en el mercado por el precio de sus ediciones y la inflación en el sector del libro, dado que el aumento de las novedades es «descomunal».
La editorial, famosa por sus libros de George R. R. Martin y el primer libro de ensayos de Ursula K. Le Guin, rompe con las normas de la cadena del libro porque, afirma, «la intermediación ya no sirve en un nicho como el que su editorial ocupa». Lo que el editor ha experimentado durante estos meses es el efecto exclusiva y el efecto de comprar libros a saldo, haciendo de esto una solución para sus problemas, creando modelos nuevos con más capacidad de maniobra.
«Me pongo en manos del mercado», afirma Alejo, que ya disfruta usando la coletilla de que «sus libros no están disponibles en Amazon». Según el editor y librero, las estadísticas del sector del libro durante la pandemia —salgan de donde salgan— están falseadas. «No ha habido un aumento del libro en su totalidad o en su amplitud de géneros, sino que ha sido el libro infantil el que ha tenido un repunte muy notable, porque los niños no podían ir al colegio, sin olvidarnos del manga», como ya comentábamos desde Publishnews hace unas semanas.
En el post de Facebook, Alejo continúa: «El año pasado ya tuvimos que bregar con las consecuencias de nuestra política de trabajar por debajo de demanda, y cuando algún librero me venía indignado diciendo que ya estaba bien de no poder reponer nuestros títulos le decía: «Oye, y tú ¿qué tal vendiste las novelas de Harry Potter?». Entornaba los ojos para rememorar y, al momento, se le dilataban las pupilas: de repente caía en la cuenta de que estaba vendiendo mucho mejor a Martin. ¿Por qué? Pues porque nuestra editorial no prima el volumen de venta, sino el historial y por el porcentaje de venta de fondo de cada cliente. Se nos podrá acusar de muchas cosas, pero nunca de dar trato de favor a los gigantes del mercado».
En los últimos años muchas librerías han tratado de dinamizar su negocio más allá de las tradicionales presentaciones de libros. Se han sumado actividades de animación a la lectura como los cuentacuentos, conciertos, recitales de poesía, concursos, etc., para intentar tener más ventas y que así el mercado del libro siguiera funcionando como hasta ahora, con todos sus actores. Para el editor de Gigamesh esto ya no es posible, puesto que durante un tiempo mínimo y aproximado de seis años no ha amortizado ninguna traducción nueva. Por ello, con esta nueva estrategia de salirse o romper con la cadena del libro convertirá sus novedades en lanzamientos exclusivos, cambiando diseños y maquetaciones, lo que por ahora, indica, le está funcionando muy bien.
La estrategia elegida por el editor es clara: vender solo en sus puntos de venta, recibiendo por lo tanto la mayor parte de los beneficios para poder invertir en las reediciones exclusivas de su catálogo. De esta forma, se salta a todos los intermediarios, llegando más fácilmente al cliente para suplir sus necesidades, adaptándose a los tiempos que corren. Pues, todo cliente termina desapareciendo por los relevos generacionales, pero de esta forma, a golpe de click, los clientes más afines y tradicionales que consumen ciencia ficción (y los que vayan llegando) podrán hacerse con libros del catálogo que todavía no han cubierto los gastos de producción con un modelo exclusivo y en su propio canal de venta.