
Diarios de Frankfurt II. El cansancio comienza a hacer mella

Durante los próximos días Lorenzo Herrero, nos traerá en esta sección una especie de diario de a bordo de su día a día en la Feria más importante del sector editorial.
Diarios de Frankfurt II. El cansancio comienza a hacer mella
Dicen los expertos en ferias internacionales que lo más importante es tener un calzado cómodo y yo puedo dar fe de ello. Las piernas me duelen, los ojos se me caen, y las comas se me olvidan… El cansancio comienza a hacer mella en mi, Un cansancio que llega tras correr por los pasillos tratando de no perderme nada en una feria que, se lo juro, puede acabar con la cordura de cualquiera. Y eso que el día empezó sentado, tranquilamente con la presentación de Italia como País Invitado de Honor de la Feria 2024.
La edición independiente latinoamericana se muestra orgullosa en Frankfurt
Hay un lugar en la Feria en el que paso mucho tiempo, es como mi Little Habana de Miami, es la esquina latina del pabellón 5.0. Bueno, no se llama la esquina latina, pero así la he bautizado yo. Ahí se reúnen los estands de Brasil, Argentina, Chile, Colombia y México. Más alguna otra pequeña presencia editorial latina como la Cámara Cubana del Libro o unos editores salvadoreños. Un lugar en el que poder hablar en español o portugués dejando a un lado el «Enschuldigung», (o como se escriba) y el inglés, idioma dominante en esta feria.
Si algo llama la atención es la orgullosa presencia de editores independientes. Colombia construye su estand con editoriales independientes y también universitarias, Chile vino a mostrar al mundo una producción editorial atrevida e independiente, algo que contrasta mucho con los grandes estands de editoriales españolas como Planeta, Alfaguara, Penguin, RBA… La feria es consciente de ello y ayer hubo una más que interesante mesa redonda bajo el título Focus Latinoamérica: Editores independientes en acción que contó con la participación de Felipe González (Laguna Libros, Colombia), Francisca Muñoz (Sa Cabana, Chile), y Gustavo Faraón (Dublinense, Brasil).
Haciendo nuevas conexiones
Ayer fue un día raro, de encuentros y despedidas. Las despedidas en estas ferias son curiosas, porque en el fondo estás diciendo hasta luego. ¿Dónde es luego? es difícil de saber, ¿será en Guadalajara? ¿serán en Londres? ¿será en Bogotá?, o, a lo pero, es en el próximo Frankfurt. Ayer decía hola y adiós a Kiyeun, una coreana criada en España que trabaja en Francia para una empresa inglesa (en este mundo no todos somos así de cosmopolitas), que vino a Frankfurt sin estand, con un importante catálogo de citas. Cumplió y marchó, no sin antes tomar un refresco conmigo y presentarme a Ramona, una italiana que trabaja en Londres para Disney… Muchas caras, muchos rostros conocidos, muchas tarjetas de visita… En cuanto llegue a casa voy a tener que hacer inventario…
La feria por dentro
Hoy sí, hoy comí. No paré a comer, pero comí. Una buena salchicha en su buen pan alemán. Es curioso la de cosas que uno puede hacer mientras recorre la feria. Por cierto, que no se me olvide, yo soy muy de pasear al aire libre, ir de pabellón en pabellón por el patio central. Hoy ha resultado más difícil hacerlo, la lluvia podía haber puesto en peligro la integridad de mi ordenador, por lo que he descubierto que el recinto de la feria es como un aeropuerto, todo interconectado, con escaleras mecánicas, pasillos interminables, restaurantes, snacks bars, e incluso un pequeño supermercado y una tienda de regalos…
Los derechos
El salón de derechos sigue moviéndose a ritmo frenético. Aún no podemos confirmar títulos pero hemos podido ver a una editora mexicana enfrascada en largas conversaciones con editores de Canadá ,y también sabemos de buena tinta que las pequeñas editoriales en lengua española siguen consiguiendo los derechos de premiados autores… Aún hay esperanza para la bibliodeversidad.
Un poco de samba
La Cámara Brasileña del Libro celebró ayer a la tarde su ya afamada Caipihour y yo no podía faltar en ese evento. A ritmo de forró, bossanova, samba, e incluso La bamba de Ritchie Valens, pudimos seguir hablando de libros con una caipirinha en la mano. Los más valientes continuaron tomando tequila en el estand de México que hacía su recepción al mismo tiempo con la presencia de Hugo Setzer, presidente de la CANIEM, y Marisol Schulz, directora general de la FIL Guadalajara. He de reconocer que, lo que a mi me ganó, fue escuchar Vamos fugir de Skank, una canción que berreaba por los bares de Lisboa hace 17 años.
La cena que no pudo ser
Uno se da cuenta de la importancia de la Feria de Frankfurt cuando sale del recinto. Anoche tenía comprometida una cena con un par de amigos, pasé a dejar la mochila en el hotel y, sin siquiera darme una ducha, me fui para el lugar de la cita. Cuando ya estaba en el metro, recibí la llamada de uno de ellos. Para preservar su anonimato, lo nombraremos por sus iniciales C.C. Pues resulta que C.C. me llamaba para decirme que había intentado encontrar sitio en varios restaurantes de la zona en la que habíamos quedado y que, ante la imposibilidad de la misión, marchaba al hotel a darse un baño. En fin, cosas que pasan en Frankfurt, si demoras en la Caipihour luego todos los restaurantes están llenos. Así que, yo me encontré a varias paradas de metro de mi hotel, en el distrito rojo de Frankfurt, solo, de noche, y con mucha hambre. Como no me arredro ante nada traté de buscar una solución alimenticia que me quitara el frio y la encontré en una maravillosa sopa tailandesa que dejó mi cuerpo listo para la fiesta organizada por editores digitales. En esta entrada poco puedo hablar de la fiesta, la fiesta fue buena y el contingente latino (brasileños, colombianos, chilenos, españoles), cumplió con lo que se puede esperar de él: Disfrutar mucho, quizá más de la cuenta. Pero eso solo lo podré confirmar mañana cuando compruebe las caras de sueño de los presentes.
Pd: C.C. sí llegó a la fiesta.