
Brenda Navarro, Pilar Adón y Sara Mesa ganan los Premios Cálamo

El Premio Cálamo Libro del año 2022 es para Ceniza en la boca (Sexto Piso) de la joven autora mexicana Brenda Navarro.
Ceniza en la boca de la escritora mexicana Brenda Navarro, De bestias y aves, de la madrileña Pilar Adón y La familia de la madrileña Sara Mesa, son las ganadoras de los Premio Cálamo de 2023, según comunica la librería Cálamo de Francisco Goyanes y Anna Cañellas.
El Premio Cálamo ‘Libro del año 2022’, que eligen los lectores, ha recaído en Ceniza en la boca, de Brenda Navarro. Por su parte, el Premio Cálamo ‘Otra Mirada 2022’ es para De bestias y aves, de la escritora y traductora Pilar Adón. El Premio Cálamo ‘Extraordinario 2022’ se ha concedido a La familia de Sara Mesa.
La familia, de Sara Mesa
«¡En esta familia no hay secretos!», proclama al inicio de este libro Damián, el padre, un hombre de ideas e ideales fijos obsesionado con la rectitud y la pedagogía. Pero esa casa sin secretos está en realidad llena de grietas, y la opresión que se respira entre sus paredes terminará creando vías de escape, códigos clandestinos, ocultaciones, fingimientos y mentiras. Formada por dos niñas, dos niños, una madre y un padre, esta familia en apariencia normal, de clase trabajadora y llena de buenas intenciones, es la protagonista de una novela coral que abarca varias décadas y en cuyas historias laten el deseo de libertad y la crítica a los pilares que tradicionalmente han sostenido, y todavía sostienen en gran medida, la institución familiar: autoritarismo y obediencia, vergüenza y silencio.
Sara Mesa vuelve a demostrar que posee un ojo clínico para desnudar comportamientos humanos, detectar heridas latentes y retratar en toda su complejidad la fragilidad, las contradicciones y las flaquezas que nos conforman. Este libro es una nueva vuelta de tuerca a la construcción de uno de los universos literarios más potentes de las letras españolas actuales y la confirmación de un talento que no deja de crecer.
De bestias y aves, de Pilar Adón
Termina el verano, cambia la estación, y una mujer conduce durante horas en plena noche sin saber que se aproxima a Betania, una casa aislada, casi un territorio fuera del mundo. Un lugar desconocido y habitado exclusivamente por unas mujeres que, sin embargo, sí parecen conocerla a ella. Lleva a sus espaldas a una hermana ahogada, y no le ha dicho a nadie que se marcha ni adónde porque ni siquiera ella sabe que su viaje va a ser tan largo. Que está a punto de entrar en una casa en la que las mujeres se visten de la misma manera, como adeptas de un culto ancestral, y llevan a cabo extraños ritos y celebraciones. Un espacio en el que las cabras dominan todo lo que no esté vigilado por los innumerables perros que viven allí, y en el que una roca inmensa oculta la luz del sol y domina el paisaje. En el que, al fondo, un lago delimita las fronteras del terreno, sobrevolado de manera perpetua por las aves. Y en el que también viven una mujer ciega a la que todas adoran y una niña que corretea de un lado a otro sin haber salido jamás de ese sitio. Un rincón de tierra, agua y árboles donde la recién llegada no quiere estar a pesar de que tal vez sea, como le dicen sin que llegue a creérselo, el lugar en el que descubra por fin lo que significa formar parte de algo.
Termina el verano, cambia la estación, y una mujer conduce durante horas en plena noche sin saber que se aproxima a Betania, una casa aislada, casi un territorio fuera del mundo. Un lugar desconocido y habitado exclusivamente por unas mujeres que, sin embargo, sí parecen conocerla a ella. Lleva a sus espaldas a una hermana ahogada, y no le ha dicho a nadie que se marcha ni adónde porque ni siquiera ella sabe que su viaje va a ser tan largo. Que está a punto de entrar en una casa en la que las mujeres se visten de la misma manera, como adeptas de un culto ancestral, y llevan a cabo extraños ritos y celebraciones. Un espacio en el que las cabras dominan todo lo que no esté vigilado por los innumerables perros que viven allí, y en el que una roca inmensa oculta la luz del sol y domina el paisaje. En el que, al fondo, un lago delimita las fronteras del terreno, sobrevolado de manera perpetua por las aves. Y en el que también viven una mujer ciega a la que todas adoran y una niña que corretea de un lado a otro sin haber salido jamás de ese sitio. Un rincón de tierra, agua y árboles donde la recién llegada no quiere estar a pesar de que tal vez sea, como le dicen sin que llegue a creérselo, el lugar en el que descubra por fin lo que significa formar parte de algo.
Ceniza en la boca, de Brenda Navarro
Diego salta desde un quinto piso y desde entonces esa imagen no deja de taladrarle la cabeza a su hermana: seis segundos y un cuerpo estrellándose contra el suelo. Es ella quien echa la vista atrás y cuenta la historia de los dos hermanos. Su llegada al mundo en un hogar en el que la vida nunca fue justa. Los años que pasaron en México con sus abuelos, mientras su madre se buscaba la vida en España, y era ella, aún niña, quien se hacía cargo de Diego. La etapa en Madrid, una ciudad que no entendían y que tampoco los entendía a ellos. La primera separación, cuando ella se marchó a Barcelona a abrirse camino y su hermano se quedó en el lugar que más odiaba. Y su regreso, cargando las cenizas de Diego, a un México muy distinto al que recordaba.
Esta novela narra el viaje emocional de una joven que intuye las razones del suicidio de su hermano y protagoniza su propio síndrome de Ulises, en el que ni la ida ni la vuelta son realmente destino. Una historia de separaciones y abandonos, de pérdida e iniciación a la vida, en la que Brenda Navarro aborda con enorme valentía cuestiones esquivas como la desigualdad, la xenofobia o el desarraigo, y que la confirma como una de las narradoras más potentes y audaces de nuestra literatura. Escrito con el alma y las entrañas, Ceniza en la boca es un libro que quema y plantea la dolorosa pregunta de qué vida merece la pena ser vivida.